REGRESAR
A LOS FRIJOLES, SUGIERE LA DOCTORA ILIAN ARSOF
*Las leguminosas representan una buena alternativa de menú prácticamente
para cualquier persona de cualquier edad, precisa la tambièn maestra en
Nutrición Clínica de la UNAM
¿Será coincidencia que mientras la comida rápida (fast food) ha
ido en aumento y los frijoles en declive, también se ha incrementado la
obesidad, la diabetes y el cáncer?
Los frijoles pertenecen al grupo de las legumbres o leguminosas,
así como también pertenecen a este grupo los garbanzos, las lentejas, las habas
y las alubias.
Las legumbres son alimentos de alto valor nutricional, puesto que son
ricas en proteína, hierro, zinc,
potasio, magnesio, folato y fibra, y con un bajo contenido en lípidos
(grasa). Particularmente las lentejas poseen una alta densidad de nutrientes,
ocupando el primer lugar en cuanto a contenido de proteína, hierro y folato, y
el segundo lugar en zinc.
Tan sólo una porción de 90 g (media taza de alimento cocinado)
proporciona 7-8 gramos de proteína, los cuales representan 25% del total del
aminoácido esencial lisina requerido
en el día por una persona de 60 kilos.
Existen dos razones muy importantes para regresar al consumo diario de
legumbres, además de su alto valor nutricional: son alimentos de bajo índice glucémico y alimentos de
alto contenido en fibra soluble y
almidón resistente a la digestión. Qué relevancia tiene esto en la
salud.
En personas con diabetes o
prediabetes resulta
particularmente importante incluir alimentos de bajo índice glucémico IG) en su dieta diaria, puesto que después
de la ingestión de una comida abundante en alimentos de bajo IG, el nivel en
sangre de glucosa post-comida se mantiene en un nivel óptimo y, esto, en el
mediano a largo plazo, se refleja en menos complicaciones, ya que es
precisamente el nivel de glucosa en sangre post-comida el que más se
correlaciona con daño renal, pie diabético, retinopatía, infarto, etc., en
diabetes.
El alto contenido en fibra
soluble y almidón resistente es el atributo que le confiere a las
leguminosas su bajo IG. Adicionalmente, la fibra soluble contribuye a una menor
absorción de colesterol, triglicéridos
y azúcares en el intestino; en tanto que el almidón resistente aumenta
la saciedad, además de mejorar
la función de la insulina y la captación de glucosa a nivel de las células.
El proceso de fermentación
al que se somete la fibra y el almidón en el tracto digestivo es llevado a cabo
por las bacterias que habitan el colon o intestino grueso. El resultado de tal
fermentación es la producción de compuestos con efecto antiinflamatorio y anticancerígeno. El consumo frecuente de
vegetales, legumbres y fruta fresca permite el crecimiento de comunidades
bacterianas beneficiosas, al mismo tiempo que limita o impide el crecimiento de
comunidades bacterianas adversas.
Si remplazáramos parcialmente la carne roja, las harinas industriales o
procesadas, los embutidos, las papas fritas, particularmente las congeladas o
precocinadas, así como la fast food y los alimentos “chatarra” por
legumbres, nuestro metabolismo se beneficiaría de manera importante.
Las leguminosas representan una buena alternativa de menú prácticamente
para cualquier persona de cualquier edad, más aun si se padece diabetes,
hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, hipertensión y/o sobrepeso u
obesidad.
Entonces, ¿por qué no regresamos a los frijoles?
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