EXPOSICION CRONICA A LA CONTAMINACION
AGRAVA AL COVID-19
*De acuerdo con la OMS, la contaminación del
aire es un problema de salud que cada año mata a 7 millones de personas en el
mundo
En
el contexto de la emergencia sanitaria y con miras al inminente regreso a la
“nueva normalidad”, es de vital importancia para la elaboración de políticas
públicas adecuadas, así como para las prácticas sanitarias de la población
enfocadas a proteger a la salud, conocer la vulnerabilidad humana ante la
contaminación atmosférica como agravante para adquirir COVID-19.
Por
ello el Observatorio Ciudadano de Calidad del Aire (OCCA) coordinó el webinar,
“Contaminación y vulnerabilidad humana en tiempos de COVID-19”, para escuchar a
destacados especialistas en salud ambiental hablar del impacto a la salud por
la calidad del aire y el cambio climático, así como de las acciones
estructurales necesarias para reducir los riesgos a la salud y al medio
ambiente.
De
acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación del
aire es un problema de salud que cada año mata a 7 millones de personas en el
mundo, tan sólo en nuestro país el Instituto de Métricas y Evaluación de la
Salud (IHME) de la Universidad de Washington calculó, para 2017 un total de 48
mil 72 muertes prematuras.
Dada
la diversidad de fuentes y efectos en la salud por cada tipo de contaminante
los gobiernos se ven desafiados para proteger adecuadamente a la población.
Por
ello la doctora Patricia Segura Medina, jefa del Departamento de Investigación
en Hiperreactividad Bronquial del Instituto Nacional de Enfermedades
Respiratorias, indicó: “La contaminación ambiental y las pandemias como el
COVID-19 son problemas globales que afectan a toda la población, por lo que no
distinguen fronteras ni condiciones sociales”.
Se
sabe que la contaminación generada en un lugar puede tener efectos en salud en
otras regiones, así la contaminación generada en la Ciudad de México puede
afectar la calidad del aire en Toluca, Hidalgo o Morelos y viceversa.
Al
hablar específicamente de los efectos del SARS-CoV-2 y su manifestación en los
humanos con la enfermedad conocida como COVID-19, el doctor Horacio Riojas, director
de Salud Ambiental del Instituto Nacional de Salud Pública, afirmó que “la
contaminación del aire es un factor que agrava la presencia y severidad del
COVID-19 según estudios recientes”.
MEJORAR
LAS POLITICAS DEL GOBIERNO
Tomando
en cuenta que el virus entra por vía área y puede generar efectos severos en
los pulmones hasta causar la muerte, la doctora Segura señaló que “La
exposición crónica a agresores ambientales incrementa la susceptibilidad a
padecer una forma más severa del COVID-19”.
Las
políticas que los gobiernos puedan implementar deben tener consistencia
científica y un enfoque de protección adecuado para la población, enfatizando
la protección de las personas más vulnerables.
Reconociendo
que este tipo de epidemias guardan una estrecha cercanía con los modos de
producción, distribución y de consumo global, la especialista aseveró que: “Lo
que estamos aprendiendo en estos días es que los retos globales requieren
cambios sistémicos y que la humanidad estará a salvo hasta que los más
vulnerables lo estén. Más vale prevenir que remediar, por lo que debemos
escuchar a los científicos expertos en dichos temas”.
Por
ello se deben atender las afectaciones en salud con efectos diferenciados de
acuerdo al ingreso de la población, puesto que las personas más vulnerables
económicamente son también las personas más susceptibles de desarrollar
enfermedades y padecimientos asociados a la calidad del aire,
independientemente que dichas personas tengan poco o nada que ver con la
generación de algunos de los contaminantes del aire.
Por
su parte, a sabiendas de que los fenómenos pandémicos de esta naturaleza como
el SARS o el MERS, tienen cierta periodicidad en el tiempo, el doctor Riojas
advirtió: “El regreso a la nueva normalidad requiere intervenciones para
generar ambientes saludables que nos hagan menos vulnerables a ésta y otras
epidemias”.
Lo
anterior se debe considerar como un criterio de prevención que los gobiernos a
todo nivel deben adoptar para mejorar la calidad del aire y con ello garantizar
el derecho a un medio ambiente sano, salvaguardar la salud de la población y
reducir los impactos económicos generados por la contaminación atmosférica.
Finalmente,
el doctor Adrián Fernández Bremauntz, director ejecutivo de Iniciativa
Climática de México señaló que "la pandemia vino a recordarnos algunas de
las tareas pendientes en materia de contaminación del aire en el país. Los
habitantes de nuestras grandes ciudades, son más vulnerables cuando se ven
expuestos al virus por tener disminuidas sus capacidades y/o funciones
pulmonares debido a la exposición crónica y aguda que tienen a la contaminación.
Por tanto, los esfuerzos que continuemos haciendo en mejorar la calidad del
aire, sabemos que incrementarán la resiliencia de los habitantes de nuestras
ciudades cuando estos se ven expuestos a agentes biológico infecciosos".