PROMUEVEN INCLUSION DEL INFARTO
CEREBRAL AL SEGURO POPULAR
*El infarto cerebral, representan la
segunda causa de defunción en Latinoamérica; en México ocupa la cuarta posición
en decesos y es el principal motivo de discapacidad en adultos
Existe el desconocimiento de los
signos y síntomas que dificulta el tratamiento de esta enfermedad que llega a
ser mortal en el 25% de los casos
“Ante el dramático crecimiento en el número de
casos de infarto cerebral en México, también conocido como ictus isquémico o
embolia, se espera que a partir de este año forme parte del Fondo de Protección contra Gastos
Catastróficos del Seguro Popular y cuente con una partida de recursos etiquetados
para ofrecer el mejor tratamiento disponible durante sus primeras horas de
evolución”, expresó el doctor Fernando Góngora Rivera, presidente de la
Asociación Mexicana de Enfermedad Vascular Cerebral (AMEVASC).
En el marco de la XVII Reunión Anual de dicha
organización, celebrada recientemente en la ciudad de Aguascalientes, el
neurólogo comentó que para ello la AMEVASC ha tenido un acercamiento constante
con la Secretaría de Salud y la Cámara de Diputados, a fin de poner en marcha
un “Plan Estratégico Nacional para la Atención de la Enfermedad Vascular
Cerebral en México” que garantice el tratamiento agudo de infarto
cerebral isquémico a quienes están dentro de una ventana terapéutica de
aproximadamente cuatro horas y
media. El objetivo de esta propuesta es cambiar el pronóstico de los
pacientes y mejorar su recuperación funcional.
Al respecto, el doctor Carlos Espinoza Casilla,
secretario de la misma Asociación y jefe de Neurología del ISSEMyM de Toluca,
comentó que cubrir al menos a los pacientes que llegan a tiempo para recibir un
tratamiento oportuno que permita mejorar la circulación cerebral y mejorar sus
posibilidades de recuperación es una gran ventaja, ya que el gasto es mínimo
comparado con el beneficio de regresar a la familia a un individuo funcional y
capaz de retomar su trabajo y su entorno social.
El doctor Góngora Rivera, también director de la
Unidad Neurovascular del Hospital Universitario de la Universidad Autónoma de
Nuevo León (UANL), recalcó que es tiempo que las autoridades asignen los
recursos económicos necesarios para ofrecer un tratamiento eficaz y seguro a la
población mexicana y que, con ayuda de la academia, permitan mejorar la
atención a través de un programa de capacitación y acreditación oficial para
los centros médicos y hospitalarios del país.
Por su parte el doctor Juan Manuel Calleja
Castillo, neurólogo vascular del Instituto Nacional de Neurología y
Neurocirugía Manuel Velasco Suárez (INNyNCMVS), comentó la necesidad de cambiar la visión del infarto
cerebral como una enfermedad sólo de adultos mayores no prevenible o no
tratable.
Por otro lado, este año la
AMEVASC ha enviado al Poder Legislativo la propuesta de un punto de acuerdo
orientado a la elaboración de una Norma Oficial Mexicana que integre los
protocolos necesarios para el manejo correcto de la enfermedad vascular
cerebral (EVC), ya que los
afectados son atendidos por médicos de diferentes especialidades, con
formaciones y puntos de vista particulares.
El doctor Luis Murillo Bonilla, vicepresidente de la
AMEVASC, explicó que la EVC puede ser isquémica
(transitoria o definida como infarto cerebral) si se produce por el
bloqueo del flujo sanguíneo en una arteria del cerebro, debido a un trombo o
coágulo, lo que ocasiona daño celular y muerte neuronal; o bien, hemorrágico, cuando se rompe un vaso
sanguíneo.
Expuso que la EVC ha ido en aumento debido a la
exposición cada vez mayor de los factores de riesgo en la población y al
incremento de la esperanza de vida.
Por su parte el doctor Adolfo Leyva Rendón, neurólogo
vascular y Director Médico del INNyNCMVS, comentó que cuando alguien
sufre una enfermedad vascular cerebral el tiempo que transcurre para llegar al
hospital puede hacer la diferencia entre la vida o la muerte.
Desafortunadamente, cada año 15 millones de personas en el mundo presentan un
evento de este tipo, de las cuales 5 millones fallecen durante las primeras
horas y otra cifra similar permanece con secuelas graves.