HEMORRAGIA CEREBRAL, EL RETO
DE
CONOCER SUS SECUELAS Y DAÑOS
*22 de julio: Día Mundial del Cerebro
La
hemorragia intracerebral es un derrame de sangre dentro del cerebro que
representa alrededor del 10% de todos los accidentes cerebrovasculares, pero es
la causante de un porcentaje mucho más alto de muertes.
Entre
las personas de más de 60 años, la hemorragia intracerebral (dentro del
cerebro) es más frecuente que la hemorragia subaracnoidea (hemorragia alrededor
del cerebro).
La
hemorragia intracerebral suele ser debida a una hipertensión arterial crónica y
el primer síntoma suele ser un dolor de cabeza intenso.
El
diagnóstico se basa principalmente en los resultados de las pruebas de
diagnóstico por la imagen.
En
un estudio reciente, los investigadores del Instituto Neurológico del Hospital
Houston Methodist han validado una serie de pruebas de comportamiento para
establecer un sistema modelo de roedores y estudiar así, las secuelas de la
hemorragia subaracnoidea.
Estas
pruebas, dijeron, pueden facilitar futuras investigaciones sobre la base de los
déficits de aprendizaje y memoria debido a la hemorragia catastrófica y las
formas de evaluar la eficacia de las intervenciones terapéuticas.
“En
esta investigación, examinamos pruebas de comportamiento en ratones para
establecer una línea de base sólida para investigar el deterioro neurológico
después de una hemorragia subaracnoidea”, dijo el doctor Gavin Britz,
neurocirujano y profesor del Departamento de Neurocirugía del Hospital Houston
Methodist.
“Esta
línea de base es particularmente importante a medida que desarrollamos
terapias, como dispositivos y medicamentos, para tratar los efectos
devastadores de los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos”, destaco.
Si
bien son el tipo de accidente cerebrovascular menos frecuente, las hemorragias
subaracnoideas tienen una mortalidad del 40% y, a menudo, son precipitadas por
la ruptura de un aneurisma.
En
los primeros días después de la hemorragia, las lesiones se deben en gran
medida a la presión intracraneal, que provoca una disminución del flujo
sanguíneo cerebral y una propagación en forma de onda de la actividad eléctrica
deprimida por todo el cerebro.
Entre
3 y 14 días después de la hemorragia subaracnoidea, alrededor de un tercio de
los pacientes experimentan un empeoramiento de los síntomas neurológicos, como
una disminución de la conciencia.
En
general, el 95% de los pacientes quedan con déficits neurológicos, psicológicos
y cognitivos permanentes.
Las
áreas del cerebro, particularmente aquellas que están relacionadas con el
aprendizaje y la memoria, han estado fuertemente implicadas en el deterioro
neurocognitivo posterior a la hemorragia subaracnoidea.
“Esta
investigación también permitirá explorar diferentes mecanismos posibles,
incluido el de la vía del complemento del sistema inmunitario, el flujo del
líquido cefalorraquídeo, el flujo glinfático, que pueden contribuir a los
déficits neurocognitivos observados en pacientes después de un accidente
cerebrovascular”, concluyó el especialista.
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