OBESIDAD Y CALOR:
COMBINACION DE RIESGO
*Las personas que viven con sobrepeso y
obesidad son más vulnerables a sufrir las consecuencias del calor, debido al
incremento del tejido adiposo
Las
altas temperaturas que han estado afectando al país ponen en riesgo a las
personas de sufrir un golpe de calor, por lo que las precauciones deben
incrementarse, especialmente para quienes viven con sobrepeso y obesidad. La obesidad es una enfermedad crónica y
compleja que aqueja a más del 72.4% de la población adulta de 20 o más años.
Al
respecto, la doctora Ana Rosa Muñoz Duarte, enlace médico científico de Novo
Nordisk, informó que las personas que viven con sobrepeso y obesidad sufren más
las consecuencias del calor, ya que les es más difícil regular fisiológicamente
su temperatura corporal, debido al incremento del tejido adiposo.
“En
las personas que viven con obesidad el calor no se disipa a través de la
circulación, lo que provoca sudoración excesiva y pérdida de líquidos y sales
minerales, por lo que corren el riesgo de deshidratarse. Además, el tejido
adiposo no retiene el agua de manera eficaz”, indicó.
Por
ello, la doctora Muñoz hace un llamado a las personas con sobrepeso y obesidad
para que extremen precauciones ante las altas temperaturas de esta temporada.
“Si consideramos la alta prevalencia del sobrepeso y la obesidad en nuestro
país, el riesgo del golpe de calor se incrementa en forma notable y eso es
justamente lo que debemos evitar”.
GOLPE DE CALOR A LAS PERSONAS OBESAS
Entre
los síntomas que las altas temperaturas pueden causar en las personas con
obesidad están la sensación de cansancio y agotamiento, menor movilidad, sed
persistente, calambres en la zona abdominal y extremidades, presión arterial
baja, visión borrosa, dolor de cabeza, inflamación de las extremidades, aumento
de la temperatura corporal y el estrés térmico, y alteraciones del ritmo
cardiaco.
La
doctora Muñoz explicó que “el golpe de calor es un trastorno ocasionado por la
exposición prolongada a altas temperaturas. Cuando la temperatura corporal
aumenta a 40.5°C o más, se está en riesgo de sufrir un golpe de calor. Además
de los síntomas anteriores, se pueden presentar náuseas y vómitos, mareo,
desmayos, confusión mental o convulsiones.
De esta manera, el golpe de calor puede poner en riesgo la vida de la
persona”.
La
atención a las personas que sufren golpes de calor debe ser inmediata. “Es
importante colocar al afectado en la sombra, aplicarle compresas frías o hielo
en la cabeza y darle agua para que se rehidrate”, recomendó Ana Rosa Muñoz.
Además,
la especialista dio una serie de medidas para reducir el impacto de las altas
temperaturas, tales como: evitar actividades que impliquen esfuerzo físico,
sobre todo al mediodía; utilizar ropa holgada, de telas ligeras y colores
claros; protegerse con sombrero y gafas de sol; beber agua en abundancia y
evitar las bebidas azucaradas; darse baños refrescantes con frecuencia;
permanecer en espacios frescos y bien ventilados; y consumir alimentos ligeros
y frutas frescas.
“Para
evitar las consecuencias del calor es importante que las personas con obesidad
se pongan en manos de profesionales de la salud e inicien un tratamiento
integral y multidisciplinario para la pérdida de peso, que incluye un estilo de
vida saludable con alimentación equilibrada y actividad física; abordaje
psicológico, así como tratamiento farmacológico o quirúrgico, dependiendo de
las necesidades de los pacientes”, indicó la especialista.
“Actualmente
existen medicamentos innovadores como liraglutida 3mg, agonista del receptor de
GLP-1 que, además de reducir el peso corporal, disminuye el riesgo
cardiovascular que la obesidad conlleva. El profesional de la salud indicará a
cada paciente el tratamiento que mejor responda a sus necesidades”, informó.
Finalmente,
la especialista dijo que, además de evitar el riesgo de golpes de calor, la
pérdida de peso trae grandes beneficios a la salud. “La reducción de 5% a 10%
del peso corporal mejora el perfil de lípidos en la sangre, la presión sanguínea,
el dolor osteoartrítico y la apnea obstructiva del sueño.[3] Asimismo, reduce
el riesgo de diabetes tipo 2 y factores de riesgo cardiovascular”.
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