CINCO RAZONES PARA POSTERGAR
EL TRATAMIENTO DE LA
OBESIDAD
En
2016 la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer que el 39% de los
adultos mayores de 18 años tenían sobrepeso (39% hombres y 40% mujeres).
Asimismo, anunció que el 13% de la población adulta mundial (11% hombres y 15%
mujeres) tenían obesidad.
Aunado
al incremento en los porcentajes de obesidad y sobrepeso, los profesionales de
la salud se encuentran con un reto adicional: los pacientes en muchas ocasiones
no comunican lo que sienten o piensan.
Por
ello, parte del desafío diario de los médicos consiste en detectar cuando una
persona que asiste a un consultorio presenta dificultades o reservas para
comunicar alguno de sus problemas de salud, como podría ser la obesidad.
En
promedio, los pacientes dejan pasar tres años antes de pedir ayuda para
controlar su exceso de peso, y algunos llegan a tardar hasta seis años, de
acuerdo con resultados de un estudio realizado entre 14 mil 502 pacientes con
obesidad, en once países diferentes.[
Existen
decenas de razones que retrasan el que una persona con obesidad busque ayuda y
el tratamiento adecuado a su padecimiento. Sin embargo, es útil analizar las
cinco más comunes.
1.-
El estigma: Existen barreras culturales que impiden hablar sobre el peso de
las personas. En muchos países se considera que la obesidad es provocada por un
comportamiento irresponsable, similar a fumar o no usar el cinturón de
seguridad del automóvil. Esto fue desmentido en el año 2008, cuando la Organización
Mundial de la Salud (OMS) declaró a la obesidad como una enfermedad
multifactorial y negó que surja por conductas irresponsables.
2.-
Culpa y miedo a pedir ayuda: En 2019, a través de un estudio realizado en
once países, se identificó que 81% de los pacientes declaró que durante años no
consideró indispensable pedir ayuda a un médico porque estaba seguro de que el
exceso de peso había sido provocado por sus conductas y, por la misma razón,
era perfectamente capaz de perder peso sin hablar o pedir ayuda.
3.-
Desconocimiento sobre el costo-beneficio: La mayoría de las personas que
padecen obesidad y desean bajar de peso, pospone el hecho de pedir ayuda por
considerar que los tratamientos son muy caros. Sin embargo, cuando se informa
que la ayuda es eficiente y accesible, el porcentaje de personas que se
atienden crece rápidamente.
4.-
Vergüenza para hablar del tema en el consultorio médico: 48 % de las
personas con obesidad se sentían muy motivadas para bajar de peso, sin embargo,
cuando llegaban al consultorio, no abordaban el tema con su doctor o doctora.
Mientras que 68% de los que ya habían decidido hablar del tema declaró que en
el último momento sintió temor o vergüenza sobre su peso y prefirieron esperar
a que el profesional de la salud se los mencionara.
5.-
Tratamientos difíciles de seguir: Para muchos pacientes, la idea de pedir
ayuda también significa comprometerse a un proceso largo, agotador y sin la
garantía de que cumplan sus metas. Esta idea ha cambiado paulatinamente. En la
actualidad, existen más de 80 opciones para diseñar terapias individualizadas
que van desde dietas personalizadas, actividad física, atención psicológica,
uso de fármacos y cirugía bariátrica. Además, cuando el paciente habla
ampliamente de su contexto y actividades, el médico puede adoptar una guía de
tratamiento acorde con cada edad y estilo de vida.
Es
necesario empoderar a los médicos y pacientes para tener un diálogo sobre el
mejor curso de tratamiento, pues en un estudio clínico se ha demostrado que los
pacientes empoderados en sus tratamientos tienen una mayor probabilidad de
tener mejores resultados en su salud.
Con
esto en mente, los médicos tienen un papel importante para indagar y comprender
qué es lo que motivaría al paciente a hacer cambios y reconocer qué desafíos
podrían impedir la reducción de peso.
La
ayuda existe y genera resultados valiosos cuando paciente y médico dan el
primer paso, que es comenzar a hablar del tema.
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