¿POR QUÉ EL CUERPO GENERA RESISTENCIA
A LOS ANTIBIOTICOS?
●Factores
como la automedicación o el uso erróneo y sin supervisión médica de este tipo
de fármacos figuran entre las primeras causas de resistencia
A
nivel mundial, año con año, la Organización Panamericana de la Salud impulsa la
Semana Mundial de Concientización sobre el Uso de los Antibióticos a fin de que
la población conozca el impacto que tiene la administración errónea o en exceso
de estos.
“Es
importante abrir la conversación acerca del uso de los antibióticos, pues a
pesar de que la gente sabe para qué sirven, el cómo y cada cuando los utilicen
puede reducir e incluso anular su efectividad, provocando que ciertas
infecciones provocadas por bacterias no puedan ser atacadas al interior del
cuerpo”, declaró la doctora Yessica Pérez, médico especialista en Infectología.
Los
antibióticos actúan como aliados del cuerpo, su función es acabar con las
bacterias o detener su reproducción a fin de ayudar a las defensas naturales
del organismo a eliminarlos. Pero ¿qué sucede si se consumen desmedidamente?
Aunque
estos fármacos comúnmente son indicados para tratar distintos tipos de
infecciones bacterianas, la periodicidad de su uso debe estar estrictamente
supervisada por un profesional de la salud a fin de asegurar su eficacia y
evitar que el organismo genere resistencia a ellos.
Dicha
resistencia surge cuando las bacterias que se exponen a tratamientos
antibióticos generan cambios de su estructura o de algunas de sus funciones con
el objetivo de defenderse del efecto antimicrobiano, con lo cual los
antibióticos pierden su efecto, dificultando el tratamiento de infecciones
futuras; así como incrementando el riesgo de propagación de estas. Esto puede
estar vinculado a factores como:
La
automedicación.
La
falta de adherencia al tratamiento (tanto terminarlo antes como extenderlo sin
respetar lo prescrito por el médico).
Ingerir
antibióticos para tratar enfermedades de origen viral.
El uso recurrente de antibióticos sin
supervisión médica.
Existen
distintas clases de antibióticos y cada una de ellas ataca enfermedades
específicas, por ello cada prescripción está hecha a la medida del paciente, su
historial clínico y el cuadro infeccioso que presenta en ese momento.
“Una
mala práctica de salud, que desafortunadamente es común entre la población, es
la toma de fármacos que quedaron de una prescripción previa únicamente por el
hecho de ser antibióticos, dejando de lado que estos pueden no funcionar e
incluso afectar su salud”, destacó la especialista.
Por
ejemplo, en la actualidad para atender infecciones complejas como las de vías
respiratorias superiores, suelen elegirse antibióticos de alta eficacia y
adecuado perfil de resistencia, tales como las cefalosporinas de 3ª generación
intravenosas o vía oral; sin embargo, aunque su efectividad e impacto positivo
esté clínicamente comprobado, su prescripción debe ser dada por un médico.
La
experta concluye: “sabemos que hay antibióticos que durante años se han
mantenido en el mercado, mismos que se han vuelto populares entre generaciones
ofreciendo calidad y seguridad demostrada contra alternativas que pudieran
parecer aliadas de la farmacoeconomía, pero con posibles implicaciones en
materia de resistencia antimicrobiana; por ello debemos volvernos conscientes
acerca del uso de dichos medicamentos y minimizar los riesgos asociados a su
uso erróneo o excesivo consultando siempre al médico antes de empezar un
tratamiento antimicrobiano”.
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