ESTIMULACION TRANSCRANEAL
CON CORRIENTE
CONTINUA, ESPERANZA DE
RECUPERACION TRAS
ACCIDENTE CEREBROVASCULAR
(ACV)
México
es el país número 1 en decesos por infarto cerebral entre las naciones miembro
de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Al
año se registran aproximadamente cerca de 170 mil infartos cerebrales al año.
Más
de la mitad de quienes sobreviven al infarto cerebral, quedan con alguna
discapacidad y un tercio de ellos precisa ayuda de cuidadores para realizar sus
actividades diarias.
Después
de haber sufrido un accidente cerebrovascular, la estimulación eléctrica leve
del cerebro es segura y factible en los primeros días, de acuerdo con un ensayo
clínico dirigido por investigadores del Hospital Houston Methodist.
El
ensayo, cuyos resultados se dieron en la reunión de la Academia Estadounidense
de Neurología (AAN), representa uno de los primeros intentos de utilizar la
estimulación transcraneal con corriente continua (tDCS por sus siglas en
inglés) la cual ha sido poco estudiada, pero crucial en la fase temprana,
después de un accidente cerebrovascular, cuando la recuperación suele ser la
más rápida.
“Queremos
averiguar si hay ventajas en la intervención con tDCS cuando suceden más cosas
neurofisiológicas con el paciente”, explicó la doctora Timea Hodics, neuróloga
del Hospital Houston Methodist y primera autora del estudio. “¿Puede la tDCS
ser más efectiva cuando se aplica en una fase temprana, donde realmente se
están produciendo muchos de los cambios plásticos?”.
La
investigación anterior de tDCS en pacientes con accidentes cerebrovasculares se
centró en el uso de la tecnología en el período posterior a la estabilización
del paciente y la cronicidad de los síntomas. Sin embargo, ha habido un mayor
interés en la ventana de tiempo temprana.
BENEFICIOS PARTICULARES DE tDCS
La
doctora Hodics, quien presentó los hallazgos del nuevo ensayo en la AAN, elogia
la tecnología porque no es invasiva, es económica, portátil y fácil de configurar
y usar.
El
ensayo, que analizó la recuperación motora de la extremidad superior, no fue lo
suficientemente grande como para concluir si la estimulación transcraneal con
corriente continua mejora dicha función. Los participantes que recibieron el tratamiento
real mejoraron significativamente después del tratamiento, pero también lo
hicieron los que recibieron la terapia simulada.
Mejorar
la recuperación de un paciente que haya sufrido un accidente cerebrovascular
más allá de lo que se puede lograr con el tratamiento de rehabilitación
estándar sería un gran avance.
La
quinta causa de muerte en Estados Unidos es el accidente cerebrovascular y
también es una de las principales causas de discapacidad grave a largo plazo,
principalmente por parálisis y dificultades de control motor.
Se
sabe que el accidente cerebrovascular reduce la movilidad en más de la mitad de
los sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares mayores de 65 años.
Los
accidentes cerebrovasculares ocurren cuando un vaso sanguíneo que transporta
oxígeno y nutrientes al cerebro es bloqueado por un coágulo o estalla. El flujo
de sangre deficiente provoca la muerte celular.
La
investigación neurológica con tDCS ha existido durante décadas, pero captó un
mayor interés en entre 1990 y 2000 luego de la publicación de algunos estudios
prometedores por parte de investigadores europeos.
Actualmente
el interés ha crecido y, según la doctora Hodics, es un reflejo de su
“naturaleza extremadamente prometedora y no invasiva”.
Un
pequeño estudio en 2010 encontró que la tDCS mejoró las habilidades motoras de
los pacientes con accidente cerebrovascular tres veces en comparación con
aquellos que recibieron una forma de estimulación con placebo y la misma
cantidad de terapia física y ocupacional.
A
continuación: ensayo más grande e individualizado: El siguiente paso para
la doctora Hodics es un estudio de seguimiento más grande, completo con un
protocolo individualizado para los participantes.
“Creo
que, en este punto, lo más informativo es comprender mejor qué hace que la
intervención sea exitosa en un paciente en particular. Pero no se puede
subestimar el potencial de una forma tan benigna de intervención en pacientes
que necesitan urgentemente algo además del tratamiento de rehabilitación
estándar”, concluyó.