SOL, MAR, ARENA… ¿Y CANCER
DE PIEL?
*La arena blanca refleja hasta el 15% de los
rayos UV. Las pieles claras tienen mayor riesgo de quemarse en comparación a
las oscuras
Durante
las vacaciones es común olvidarnos de la dieta, el ejercicio y las rutinas en
general, pero por ningún motivo debemos descuidar nuestra piel, principalmente
cuando viajamos a la playa, ya que pasar varias horas bajo el sol puede
ocasionar desde quemaduras hasta cáncer de piel.
Según
los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos
(CDC, por sus siglas en inglés), la exposición a los rayos ultravioleta (UV)
causa la mayoría de los casos de melanoma, el tipo de cáncer de piel más
mortal. Por ello, la protección solar es clave durante las vacaciones y a lo
largo de todo el año.
“En
todas las superficies donde cae la luz (el piso, la arena o el agua) rebotan
los rayos UV. La arena blanca, por ejemplo, refleja hasta el 15% de esta
radiación; mientras que en el agua, a medio metro de profundidad, su intensidad
es de un 40% en comparación a la existente en la superficie”, señala Jatziri
Chávez Bernal, directora del Centro Dermatológico de Alta Especialidad (CEDAE),
con sedes en la colonia Roma y Satélite.
La
dermatóloga clínica y oncológica indica que entre mayor altura tenga una
ciudad, existe mayor riesgo de quemaduras por estar más cerca del sol. De
acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la radiación UV aumenta
un 4% por cada 300 metros de incremento de la altitud.
Si
bien tomar el sol en la playa resulta igual de peligroso que hacerlo en la
ciudad, la manera de vestirnos nos protege más en el segundo escenario. “La
radiación UV es mucho más intensa entre las 10 y las 14 horas. Prácticamente,
el 60% de toda esta energía al día se recibe en ese periodo.
“La
aplicación de protector solar es indispensable tanto en la ciudad como en la
playa, aun cuando el día esté nublado, ya que más del 90% de los rayos solares
pueden atravesar las nubes”, explica la especialista.
Aun
cuando cualquier persona puede padecer cáncer de piel, hay algunas
características que aumentan este riesgo. “Las pieles claras son más
susceptibles a broncearse. De manera dermatológica dividimos los colores de la
piel del I al VI, lo que se conoce como escala de Fitzpatrick. Del I al IV se
incluyen aquellos pacientes con mayor posibilidad de quemarse”, indica Jatziri
Chávez Bernal.
Las
personas con pelo y ojos claros, pelirrojas, así como con pecas en la piel, son
más propensas a broncearse; mientras que las pieles oscuras resisten mucho más
la radiación UV. No obstante, también pueden llegar a quemarse si permanecen
largos periodos bajo los rayos del sol.
De
acuerdo con estudios científicos, el 80% de la radiación UV que recibimos a lo
largo de nuestra vida se capta antes de los 18 años, por lo que todos los
individuos menores a esa edad deben extremar cuidados. Por otro lado, los bebés
menores de seis meses no deben exponerse al sol y aquellos mayores a dos años
deben utilizar protector solar de manera habitual cada cuatro horas.
“Una
persona tiene el doble de riesgo de desarrollar cáncer de piel, del tipo
melanoma, si ha tenido cinco o más quemaduras en su vida. Cuanto más nos
expongamos al sol, y sobre todo cuando nuestra piel arda o se ampolle, las
células pueden llegar a mutar y producir algunos cánceres, como el carcinoma
basocelular o el melanoma”, concluye la dermatóloga Chávez Bernal.