URGE DETENER LA HEMORRAGIA
DEL GASTO DE BOLSILLO EN SALUD
●Más presupuesto para la salud y mecanismos
para garantizar acceso efectivo para todas las personas, acuerdan
organizaciones académicas y ciudadanas
En
México el sistema de salud produce una sangría constante en la economía de las
personas y las familias. El gasto privado en salud causa una hemorragia
constante, produce endeudamiento, pérdida de patrimonio y en ocasiones,
empobrecimiento.
El
gasto privado de bolsillo se da cuando alguien enferma y las familias tienen
que recurrir a un servicio privado y pagar el costo de medicamentos, de un
estudio médico o de cualquier gasto relacionado con la salud.
México
tiene una de las más altas tasas de gasto privado y de gasto de bolsillo en
salud de los países de la OCDE. En 2006 el gasto de bolsillo era el 53% del
gasto total en salud, en 2012 bajó al 40%, para 2018 seguía igual, pero
ligeramente peor: 41%.
El
gasto de bolsillo es la peor forma del gasto privado en salud, pues se ejerce
en el peor momento y en las peores condiciones: El gasto de bolsillo requiere
pagar costos al menudeo, con poca capacidad de buscar alternativas por ser
situaciones de emergencia. Situaciones que se prestan al abuso y a la inflación
de precios de servicios privados, por la urgencia y el dolor, en momentos que,
a veces literalmente son de vida o muerte.
CAUSAS
DEL GASTO DE BOLSILLO
a).-
Exclusión: La causa más evidente es
cuando las personas no tienen afiliación a uno de los subsistemas públicos de
salud: IMSS, ISSSTE o INSABI (antes “Seguro Popular”). Cada vez que requieren
atención en salud deben pagar.
En
2018, 20 millones 245 mil personas, el 16% de la población carecía de
afiliación y acceso a alguno de los subsistemas de salud. Estas personas están
totalmente excluidas para ejercer su derecho a la salud. La carencia de
afiliación es una de las dimensiones de la pobreza en México.
b).-
Fallas en la atención: Pero hay una
segunda situación que afecta a personas que sí están afiliadas al IMSS, al
ISSSTE, al INSABI u otro subsistema público, y por fallas de atención tienen
que recurrir a gastar de su bolsillo. Hay varios casos:
El
caso más conocido y sonado recientemente es cuando no se surten las recetas de
medicamentos.
Los
medicamentos representan casi la cuarta parte del gasto privado en salud de las
familias (23.4%), y para los hogares más pobres representa más de la tercera
parte (34.5%).
La
mitad de las personas que requieren atención en salud tienen que pagar por los
medicamentos recetados y el 39% por la atención recibida.
Otros
casos en que falla la atención se dan cuando se programan citas con varias
semanas o meses después. Por la condición médica de la persona si requiere una
cirugía o un estudio y se las programan semanas después, no puede esperar y
debe acudir a un servicio privado.
c).-
Debilidad de la atención primaria y
proliferación de consultorios privados: Una tercera falla grave del sistema
público de salud es el abandono y deterioro de la atención primaria en salud.
Esta situación tiene efectos muy negativos en salud, además de los económicos.
Afecta la prevención y la detección oportuna de riesgos y de las enfermedades
en sus primeras fases. Con lo cual aumenta el dolor, la muerte y también los
costos de los tratamientos cuando se complican las enfermedades.
Las
fallas en la atención primaria provocan que muchas personas, aunque tengan
afiliación, acudan primero a consultorios privados, ante la pérdida de tiempo
para conseguir una consulta, ante la mala atención o por la falta de abasto de
medicamentos, en los servicios públicos.
En
particular se ha multiplicado el uso de consultorios adyacentes a farmacias.
Esto produce mayor gasto. Pero sobre todo impide medidas preventivas y de
detección oportuna de riesgos o de complicación de enfermedades, pues ese no es
el objetivo de los consultorios privados y menos aún de los adyacentes a
farmacias.
PROPUESTA
PARA MEJORAR LA CALIDAD
La
finalidad debe ser construir un sistema público de salud, sin exclusión; es
decir para todas las personas. Y con calidad, con capacidad de atención
oportuna y adecuada, desde la atención primaria que garantice el enfoque
preventivo y de promoción de la salud, hasta el nivel de alta especialidad.
Para
ello la reforma estructural indispensable es desvincular el sistema de salud
del contrato de trabajo e integrar un sistema único que no haga distinción
entre derechohabientes y no derechohabientes de la seguridad social. Un sistema
público que garantice el derecho a la salud y por tanto el acceso efectivo y
equitativo a todas las personas.
Para
avanzar en ese camino y tener logros efectivos en la reducción del gasto
privado y en particular del gasto de bolsillo, proponemos para 2021:
1.- 1 punto del PIB por la igualdad en salud.
Para equilibrar la calidad de atención y lograr equidad de gasto público, hay
que incrementar el presupuesto destinado a INSABI e IMSS Bienestar. Para
equiparar el gasto por persona se requiere 1 punto porcentual del Producto Interno
Bruto (PIB): 240 mil millones de pesos. Esa es la primera meta, hasta llegar al
6% del PIB (hoy se ubica en 2.5%)
2.- Servicios integrados centrados en las
personas. Para corregir las fallas de atención urge integrar funcionalmente las
redes de todos los subsistemas públicos (IMSS, ISSSTE, INSABI y demás),
iniciando por la atención primaria en salud.
En una primera fase se pueden priorizar la integración para la atención
del embarazo, la salud de la primera infancia y la atención a las principales causas
de mortalidad, incluyendo el Covid-19.
3.- Cero listas de espera para atención. Para
evitar las citas postergadas, urge un mecanismo que resuelva de manera ágil la
atención inmediata, la provisión de medicamentos y la prestación de los
servicios requeridos, en el momento oportuno. Junto con un sistema de
información que capte las fallas y mida la disponibilidad real de personal,
equipamiento o abasto de medicamentos e insumos, a nivel de establecimiento y
jurisdicción, para tomar decisiones de corrección y mejora.
4.- Profeco de la salud. Para reducir el gasto
privado de bolsillo también urge un mecanismo de supervisión y defensa frente
al abuso de los servicios privados, para promover la transparencia en costos,
la información completa y clara sobre alternativas y la sanción en caso de
abuso.
5.- Participación ciudadana. Para promover la
mejora de los servicios, evitar abusos y generar información oportuna y veraz
desde el primer nivel de atención y los hospitales, urgen mecanismos tipo
observatorio ciudadano y otras modalidades de participación social en la salud,
especialmente en las acciones de promoción y prevención.
ACUERDOS
DESDE LA SOCIEDAD CIVIL
En
el programa “El precio de la salud” hubo acuerdo que urge más presupuesto para
la salud, pues las fallas en la atención se derivan en primer lugar de la falta
de recursos, personal médico, de enfermería y técnico, camas, medicamentos,
insumos, equipamiento.
La
doctora Judith Méndez del CIEP explicó la gran desigualdad en el gasto público
entre los diversos subsistemas. Mientras que quienes están afiliados a
servicios de salud de Pemex tienen un presupuesto de 12 mil pesos por persona,
quienes carecen de seguridad social se les asigna poco más de 2 mil pesos y
quienes viven en zonas rurales e indígenas de mayor marginación, se les
destinan 900 pesos por persona, a través del IMSS Bienestar.
De
esa manera, la doctora Méndez explicó que el gasto de bolsillo es muy distinto,
mientras que para las personas afiliadas a Pemex si se les cumple el estándar
de 80-20 público/privado, el resto de la población está mucho peor. Y el monto
de gasto de bolsillo de quienes acuden al IMSS Bienestar, aunque en cantidad es
“baja”, representa una parte sustantiva de su ingreso, pues son los hogares en
mayor pobreza.
Andrés
Castañeda, responsable de salud y bienestar en la organización ciudadana
Nosotrxs explicó que la falta de medicamentos y el surtimiento incompleto de
las recetas es una violación del derecho a la salud.
Aunque
las personas acepten aportar insumos o comprar algunas de las medicinas en
farmacias privadas, cuando su costo no les es muy elevado, esto es un grave
problema, porque hay muchos medicamentos y tratamientos que son de uso
constante o que tienen un costo que es inalcanzable para la gran mayoría de la
población, como las quimioterapias, los retrovirales y otros medicamentos. Esto
genera desigualdad y pobreza, explicó Castañeda.
Por
su parte, la doctora Hortensia Reyes, especialista del Instituto Nacional de
Salud Pública (INSP) en sistemas de salud, explicó que hay tres cambios
indispensables para garantizar atención y así reducir el gasto de bolsillo:
1.--
Mayor presupuesto, pues la falta de recursos es la principal causa de la
saturación de servicios, equipos descompuestos, falta de personal, desabasto de
medicamentos o insumos.
2.--
Integración funcional de los servicios. Más que una sola institución lo
importante es que los servicios se coordinen y que los recursos disponibles se
aprovechen mejor: consultas especializadas, equipos de diagnóstico, quirófanos
y hasta camas de hospital deberían usarse para atender a las personas sin
distinción y establecer mecanismos de compensación y pago entre los
subsistemas. Con un sistema de información único de “entrada”, expediente
electrónico compartido entre subsistemas y un padrón único de población.
3.--
Activar la rectoría del sistema por parte de la Secretaría de Salud, para
unificar protocolos de atención que permitan atender a las personas con
calidad, y para tomar las medidas correctivas frente a fallas de atención.