REHABILITA TUS PAPILAS
GUSTATIVAS Y
DILE ADIOS A LOS
ULTRAPROCESADOS
La
mayoría de las personas somos saboteados por las papilas gustativas de nuestras
lenguas al momento de elegir nuestros alimentos.
"Los
fabricantes de alimentos son expertos en hacer productos altamente
sabrosos", dice Angela Snyder, nutrióloga de bienestar del Hospital
Houston Methodist. "Invierten mucho tiempo y dinero creando alimentos
multisensoriales, dando como resultado final un producto ultraprocesado, que
puede manipular las papilas gustativas y activar los centros de recompensa en
nuestros cerebros".
Por
ejemplo, los deditos de queso, además de ricos, parecen derretirse en la boca.
Es un snack delicioso que de alguna manera nos hace querer más y más; mordida
tras mordida.
Pero
parece ser que el sabor de lo natural no es probablemente tan generoso. Los
alimentos integrales, que están llenos de los nutrimentos requeridos por el
cuerpo, pueden tener una dulzura, salinidad o riqueza natural. Pero ¿qué
posibilidades tiene el brócoli en comparación con los deditos de queso; esos
que hacen explotar de sabor nuestras papilas gustativas?
"Los
alimentos procesados casi siempre contienen azúcar agregada, sal y grasas
saturadas en las cantidades correctas, y estos son aditivos que nuestros
paladares podrían esperar con ansias", añade la especialista.
Por
ello, se nos podría hacer tan difícil apreciar los alimentos enteros y ricos en
nutrimentos que deberíamos estar comiendo mayoritariamente. Y justo por esto,
tus papilas gustativas podrían necesitar, al igual que una computadora,
reiniciarse y volverlas a educar.
¿Por
qué volver a entrenar tus papilas gustativas?: Cuando se consumen en
exceso, azúcar agregado, sal y grasas saturadas contenidos en los alimentos
procesados, tu salud se puede ver muy dañada.
Los
azúcares agregados son calorías vacías que conducen al aumento de peso e
incrementan el riesgo de enfermedades crónico-degenerativas, como la diabetes
tipo 2.
La
sal es un electrolito importante, pero comer demasiada, (lo que muchos de
nosotros hacemos), puede causar también consecuencias graves a la salud a largo
plazo, como presión arterial alta, enfermedad cardíaca y daño en los riñones.
Las
grasas saturadas, por su parte, son las grasas no saludables que aumentan el
colesterol en la sangre y conducen a enfermedades del corazón.
"Queremos
que tu comida tenga sabor", agrega Snyder. "Simplemente no buscamos
que ese sabor provenga principalmente de aditivos que pueden, con el tiempo, causar
serios problemas".
Pero
al querer eliminarlos, nos encontramos con que es más fácil decirlo, que
hacerlo. Es una realidad, que prácticamente todos los alimentos procesados que
vemos en el supermercado (postres, bocadillos, refrescos, golosinas, cenas congeladas,
pan dulce, cereales y condimentos) contienen estos aditivos que debemos reducir
drásticamente para tener una mejor salud. Pero debido a que nuestras papilas
gustativas ya están entrenadas para adorar alimentos ultradulces o salados y
además, muy sabrosos, que cuando no tenemos esos sabores, podríamos comer sin
sentir satisfacción.
"Cuando
esperas un brownie mega dulce, probablemente una manzana se quede corta para
las expectativas de tus papilas gustativas", explica la nutrióloga del
Hospital Houston Methodist.
La
solución, es una rehabilitación de papilas gustativas, una forma de reiniciar
tus papilas gustativas. Así tu paladar podrá reconocer como satisfactoria la
dulzura natural, la salinidad y la riqueza de los alimentos integrales y
naturales que deberíamos comer.
¿Qué
es una rehabilitación de papilas gustativas?: "El objetivo de esta
rehabilitación es prestar atención a los tipos de alimentos que estás
consumiendo, y ser consciente de cuáles provienen de la naturaleza y cuáles son
ultra o mínimamente procesados", explica Snyder, quien enfatiza que no se
trata de eliminar del todo los procesados pero sí minimizarlos.
"La
idea es pensar en la cantidad de azúcares agregados, sal y grasas saturadas
contenidas en los ultraprocesados que se compran con frecuencia. Debemos
reflexionar que no nos brindan ningún beneficio nutricional real. Educar de
nuevo nuestras papilas gustativas es como practicar una especie de “mindfulness
de la nutrición” y por ello, las palabras clave aquí son: -conciencia plena- Es
decir, ser verdaderamente conscientes de lo que compramos y de lo que estamos
metiendo a nuestros cuerpos", enfatiza la especialista del Hospital
Houston Methodist.
En
esta etapa es crucial hacer intercambios más saludables, que darán frutos a
medida que tus papilas gustativas se ajusten gradualmente, apreciando
eventualmente la dulzura de una zanahoria o un pimiento, la salinidad natural
de un trozo de pescado o una yema de huevo y la riqueza de un aguacate o un
puñado de nueces.
"Nuestras
papilas gustativas pueden restablecerse bastante rápido, especialmente cuando
se trata de volver a entrenar nuestras expectativas en torno a lo salado",
explica Snyder. "Puede tomar tan poco, como un mes".
Volver
a entrenarlas para satisfacerse con menos azúcar agregada y grasas saturadas
puede tomar un poco más de tiempo, pero quédate con eso. Tomarse el tiempo para
hacer el ajuste valdrá la pena.
CINCO PASOS PARA RESTABLECER TUS PAPILAS
GUSTATIVAS
Recordemos,
no se trata de eliminar de golpe los ultraprocesados. "Cuando se trata de
restablecer el paladar, necesitamos hacer un cambio que sea realista y
sostenible", dice Snyder.
Aquí
podrás encontrar cinco pasos para reestablecer tus papilas gustativas:
1.- Lee las etiquetas nutricionales: Lo más importante,
ten en cuenta la cantidad de azúcar agregada, sal y grasas saturadas que
consumes cada día.
"Esto
es básicamente leer las etiquetas de nutrición para conocer la cantidad de
azúcar agregada, sodio y grasa saturada hay", explica Snyder. "Una
buena regla general es: cuantos menos ingredientes haya en la etiqueta,
significa menos procesados y esto es mucho mejor".
La
American Heart Association recomienda limitarse a:
• 24 gramos de azúcar añadida por día para
las mujeres; 36 gramos para hombres.
• 2,300 miligramos de sal por día; menos
si tienes presión arterial alta o una afección cardíaca.
• 11 a 13 gramos de grasa saturada por día
(para alguien que come una dieta de 2,000 calorías).
2.- En serio, lee todas las etiquetas
nutricionales: Vale la pena reiterar esto ya que, estos aditivos también
podrías encontrarlos en:
•Panes
•Condimentos
•Cereales
•Cremas de café
•Barritas energéticas
•Frutas y bebidas saborizadas
•Granola
•Carnes envasadas, como perros
calientes, tocino y carnes frías
•Mayonesas
•Bebidas deportivas
•Yogures
La
cantidad de azúcar o sal agregada en estos alimentos puede no parecer
inmediatamente alarmante, pero estas pequeñas dosis podrían tener un impacto
acumulativo.
"Alrededor
del 75% de la sal en nuestras dietas proviene de alimentos procesados, no del
salero", agrega Snyder.
3.- Comienza a intercambiar alimentos
procesados por integrales; y quédate con ellos: Una vez que sepas cuánta
azúcar, sal y grasa obtiene de los alimentos procesados, será hora de comenzar
a cambiarlos por otros más saludables.
"Realmente
buscamos que las verduras y frutas enteras sean el pilar de nuestras dietas, y
pueden ser frescas o congeladas", dice Snyder.
"En
cuanto a las proteínas, buscamos las menos procesadas", agrega Snyder.
"Las opciones sin procesar incluyen pollo fresco, pavo, pescado o carne de
res".
Esto
también se aplica a los frijoles y otras fuentes de proteínas vegetales, por lo
que es mejor elegir frijoles enlatados que digan "sin sal agregada",
pero nada mejor como cocinarlos desde cero.
Y,
si tu dieta es a base de plantas y vegetales, será importante saber que las
alternativas de carne prefabricadas tienden a ser altamente procesadas.
4.- Reconcíliate con sabores más allá del
dulce y salado
Si
tu paladar está buscando más sabores, durante este reseteo de papilas, recuerda
que hay otras opciones, más allá de agregar azúcar, sal o mantequilla.
"Queremos
que tu comida siga teniendo sabor, pero que provenga de condimentar verduras,
hierbas y especias", dice Snyder.
Por
ejemplo, podrías considerar intentar:
• Ajo
• Cebolla
• Jalapeño
• Tomillo
• Orégano
• Romero
• Cayena
• Comino
• Pimiento
• Chile en polvo
Y
aunque los edulcorantes artificiales son comunes para endulzar, pueden alterar
tu paladar, aunque técnicamente no sean azúcar.
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