DISFUNCION CARDIACA
RELACIONADA
CON LOS VARIANTES DE COVID-19
Los
pacientes infectados con variantes beta y delta de COVID-19, y aquellos que
requirieron hospitalización por la infección con COVID-19, tienen más
probabilidades de experimentar problemas cardíacos asociados a un COVID
prolongado, según un estudio reciente publicado en el European Heart Journal -
Cardiovascular Imaging. Mientras que los pacientes que se recuperaban de la
variante ómicron tenían menos probabilidades de tener afectación microvascular.
"Estos
nuevos datos amplían nuestra comprensión de la reserva de flujo miocárdico como
un marcador de prognosis importante tanto en general como específicamente para
COVID-19", apunta el doctor Mouaz Al-Mallah, autor del estudio y director
de PET cardiovascular en el Hospital Houston Methodist.
"Esta
es una buena noticia para las personas que tuvieron omicron y están preocupadas
por el COVID prolongado. Sin embargo, los pacientes con síntomas persistentes
como dolor en el pecho o dificultad para respirar después de una infección
grave, pueden hacerse una tomografía por emisión de positrones con evaluación
del flujo sanguíneo para detectar alguna disfunción microvascular",
precisa el doctor Al-Mallah, quien también es el actual presidente de la
Sociedad Americana de Cardiología Nuclear (American Society of Nuclear
Cardiology).
El
estudio también encontró que la disfunción microvascular comenzó a observarse
con menos frecuencia después de nueve meses a un año después de la infección,
lo que sugiere que este tipo de anomalía podría ser reversible.
Las
pautas de exploración PET de la Sociedad Americana de Cardiología Nuclear ahora
recomiendan incluir la evaluación del flujo sanguíneo de forma rutinaria.
El
año pasado, el doctor Al-Mallah y su equipo publicaron un estudio inicial en
JACC: Cardiovascular Imaging que examina
la salud de la microvasculatura del corazón en 393 pacientes, incluidos 101 con
infección previa por COVID-19 que tenían síntomas persistentes. Este fue el
primer estudio publicado que vincula la reducción de la reserva de flujo
sanguíneo en el corazón con COVID-19.
Con
más de 600 millones de casos confirmados y más de siete millones de muertes, la
pandemia de COVID-19 ha dejado una marca duradera en el mundo. Si bien la
Organización Mundial de la Salud (OMS) puso fin a la declaración de emergencia
sanitaria mundial en mayo pasado, el COVID largo sigue siendo en gran medida un
misterio y debe seguir siendo estudiado.
Según
el investigador del Hospital Houston Methodist se necesitan más estudios para
evaluar a fondo la salud microvascular de los pacientes con que tuvieron
COVID-19 e identificar cómo estos hallazgos podrían influir en la atención al
paciente en el contexto de COVID-19 a largo plazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario