lunes, 17 de septiembre de 2018




PROPUESTA DE UN SISTEMA ALIMENTARIO NUTRICIONAL, JUSTO Y SUSTENTABLE PARA RECUPERAR LA RIQUEZA CULINARIA DE MEXICO


*Lanza la Alianza por la Salud Alimentaria el “Reto del Tlacoyo” a fin de reivindicar la alimentación tradicional frente a la invasión de comida chatarra

*Es un platillo popular, de gran valor nutricional, precio accesible y contiene algunos de los ingredientes más importantes en la dieta de los mexicanos


En el marco de las fiestas patrias, la Alianza por la Salud Alimentaria lanzó el “Reto del Tlacoyo”, invitando a la población a revalorizar la comida tradicional mexicana a través de este valioso platillo, haciendo a un lado el alto consumo de ultraprocesados.
El Reto del Tlacoyo se enfoca en revalorar los alimentos y la cultura culinaria a través de un platillo muy popular, de gran valor nutricional, de precio muy accesible y que contiene algunos de los ingredientes más importantes de nuestra dieta.
El propósito es revalorar este alimento frente a los ultraprocesados que han penetrado en la dieta diaria, en cuanto a su valor nutricional, precio, pertenencia cultural y significado.
De sobra sabemos que México vive una de las peores paradojas en materia de alimentación: por un lado, la cocina mexicana es reconocida como patrimonio de la humanidad por su gran variedad y riqueza y, por otro, los mexicanos somos los mayores consumidores de comida chatarra y refrescos.
La mala alimentación está ya considerada la causa principal de enfermedad y muerte en México, debido a que padece una de las peores epidemias de enfermedades crónicas no trasmisibles a escala mundial.

EFECTOS DEL TLC

La obesidad y el daño metabólico asociado se expresan en una enorme y creciente cifra de enfermedades como la diabetes, los infartos cardiacos, la hipertensión arterial, la insuficiencia renal, el hígado graso, algunos tipos de cáncer, entre otras.
Al respecto, Abelardo Aila, investigador y experto en nutrición, detalló: “Pese a una Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso la Obesidad y la Diabetes implementada en este sexenio que termina, las acciones para enfrentar esta crisis de salud han eludido el problema central: el cambio en el patrón de consumo alimentario que se dio a partir de principios de los años ochenta del siglo pasado y se aceleró con entrada del Tratado de Libre Comercio en 1994, más por las decisiones internas de políticas públicas en materia de alimentación y salud, que como efecto directo del tratado mismo. La única manera de enfrentar esta epidemia es recuperar las bases de la milenaria cultura alimentaria derivada de la agricultura familiar sustentable”.
Por su parte, la investigadora Cristina Barros habló sobre la historia del tlacoyo, clacoyo, tlatoyo, tlatlaoyo, como se le llama según la región del centro del país de que se trate, y su pasado abarca muchos años.
Así lo muestra la Historia general de las cosas de Nueva España de Bernardino de Sahagún, escrita a mediados del siglo XVI para dar a conocer las costumbres de los antiguos mexicanos. En su escrio se refiere a las diversas clases de tortillas de las que había: “las que son gordas, y otras veces las que son delgadas, unas redondas y otras prolongadas, y otras enrolladas hechas redondas, y las que tienen dentro masa de frijoles cocidos… También menciona que a los señores o tlatoanis se les daba un tamal llamado iztac tlaxcalli etica tlaoyo, que quiere decir “tortilla muy blanca que tiene adentro harina de frijoles… El tlacoyo debió nacer cuando nació la masa nixtamalizada hace cerca de mil 200 años”.
La historiadora describió que, hoy, los tlacoyos no sólo son alargados, sino también de forma triangular, de rombo y ovalada. Se rellenan de frijol, de requesón, de alverjón, de haba, y en Tlaxcala, de frijol ayocote; se cuecen al comal. Para servirlos se les puede poner ensalada de nopales cocidos y alguna salsa de chile, en especial las hechas en molcajete. Un alimento completo con proteínas, vitaminas y minerales, tiene todo lo que se requiere para una buena alimentación.
El tlacoyo ha sido alimento por excelencia de la gente del campo que suele comerlos en el almuerzo, y ahora, también para quienes en las ciudades requieren de un alimento sabroso, sano, rápido de preparar y fácil de comer. Su equivalente en otros lugares del país son los bocoles huastecos, los polkanes mayas rellenos de pasta de pepita de calabaza, así como toda clase de gorditas.
Finalmene hizo la siguiente invitación: “volvamos a nuestros milenarios y exquisitos tlacoyos de maíz blanco o de maíz azul. ¿Para qué queremos más si el tlacoyo nos da todo?”

EXPRESION CULTURAL DEL PUEBLO

Yatziri Zepeda, economista ambiental e investigadora del Instituto de Investigaciones Ambientales de la Universidad Iberoamericana Puebla, envió un mensaje en el que recordó una cita del profesor-investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Eckart Boege: “Cuando se coman un tlacoyo piensen que es la experiencia de 350 generaciones de abuelos y abuelas”. La investigadora agregó: “El tlacoyo es la experiencia de nuestros ancestros agricultores y cocineras; representa la expresión cultural y de identidad de un pueblo; la incansable experimentación, innovación y capacidad de adaptación de los pequeños productores, guardianes de la diversidad biocultural, y la capacidad adaptativa de las especies locales ante condiciones climáticas cambiantes a lo largo de miles de años”.
Como demanda conjunta de la Alianza por la Salud Alimentaria, se presentó la propuesta para edificar un Sistema Alimentario Nutricional, Justo y Sustentable que recupere la riqueza culinaria del país dando nutrición, fortaleciendo a los pequeños y medianos productores del campo y revalorando el papel de la cocina en nuestro país. Se demandó de igual forma una campaña permanente del gobierno mexicano para revalorar los alimentos propios de nuestras diferentes regiones del país.



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