TERAPIA ANCESTRAL CONTRA EL
DOLOR DESPUES DE ENTRENAR
*En los años 70 se desarrolló la Crioterapia, un tratamiento que amplificó
los beneficios del frío y disminuyó los daños causados por el hielo al entrar
en contacto directo con la piel
Desde niños estamos acostumbrados a que cada que sufrimos alguna lesión
como torcedura, golpe o esguince, el hielo es nuestro primer auxiliar para
evitar la inflamación e incluso moretones.
De hecho, nos acostumbraron a que la colocación del hielo en la zona
lastimada iba acompañada de una dosis de chochitos de árnica o bien, de
pastillas antiinflamatorias que por lo general sanan el dolor, pero que pueden
retrasar la curación de lesiones severas como esguinces, luxaciones o
fracturas.
La implementación del hielo como parte de un tratamiento contra el dolor,
tiene sus bases desde los griegos; el ponerlo en contacto directo a la piel
puede causar algunas quemaduras y resultar poco agradable.
En 1970, un doctor japonés encontró la alternativa ideal para evitar las
quemaduras de piel ocasionadas por los baños de hielo, llegando a lo que se
conoce como crioterapia con nitrógeno líquido, tratamiento que consiste en
aplicar vapor directamente al cuerpo en temperaturas extremas que pueden llegar
a los -190 grados y que son ideales para tratar enfermedades como fibromialgia
y psoriasis.
El nitrógeno líquido tiene muchísimas utilidades; se puede aplicar como
sellador en construcciones bajo el agua, en criogenia para conservar muestras
biológicas, en preparaciones de alimentos como el helado, la crioterapia, entre otras tantas.
Si eres de los que detecta dolor al entrenar, la crioterapia en sus
diversas aplicaciones puede ser una gran alternativa para aliviarlo.
Inicialmente utilizada por deportistas de élite, esta terapia ofrece beneficios
rápidos; por ejemplo, la cabina, ayuda a regenerar los músculos, deprime las
sustancias inflamatorias y aumenta las antiinflamatorias en una sesión de
solamente 3 minutos donde el cuerpo se expone a temperaturas que llegan a los -180
grados.
El frío reduce la transmisión del dolor a través de las células nerviosas y
no solo eso, las temperaturas extremas también permiten al colágeno o a las
fibras que componen la estructura muscular, volverse flexibles y más
resistentes al estiramiento.
EXPERIENCIA DENTRO DE LA CABINA DE CRIOTERAPIA
Quienes han elegido este tratamiento por sus grandes beneficios, afirman no
sentir ningún dolor al ingresar, solo frío e incluso placer, ya que el cuerpo
libera serotonina y dopamina. En México lo puedes encontrar en Cryomx,
donde encontrarás desde criofaciales, crio localizado (para lesiones en zonas
específicas del cuerpo), cabina para tratamientos de cuerpo completo y
presoterapia (masaje de aire a presión que funciona para eliminar toxinas a
través de la orina).
El cuerpo humano puede soportar temperaturas extremas siempre que no haya
viento y que el aire sea muy seco. Es importante que, al exponerte a este tipo
de tratamientos, ninguna pieza metálica esté en contacto con tu piel.
Promueve la recuperación y tonificación muscular tras la realización de
ejercicio intenso, tonifica la piel y reduce la piel de naranja, estimula y
reactiva el sistema inmunológico, regenera lesiones musculares, de tendones o
de articulaciones de manera más rápida, aumenta la irrigación sanguínea de los
tejidos y con ello, una rápida regeneración tras los esfuerzos después de un
entrenamiento pesado.
Es importante destacar que además de todos los beneficios anteriores, la
crioterapia te ayuda a tratar patologías como dolores vertebrales, mejora
procesos postoperatorios y el desempeño mental. Se estima que para aliviar este
tipo de dolores se requieren dos sesiones a la semana.
¿Quieres experimentarlo?
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