DECLARACION
DE CONSUMERS INTERNATIONAL
*Oficina para América Latina
y el Caribe
Cada
año, el consumo de alimentos no saludables contribuye a la muerte de más de
11.3 millones de personas, de acuerdo con una estimación preparada por el
Institute for Health Metrics and Evaluation utilizando datos del Estudio de la
carga global de Enfermedad 2010 publicado en The Lancet en 2012.
América
Latina presenta uno de los mayores índices de sobrepeso y obesidad en el mundo.
La causa principal de este problema, convertido en una epidemia que afecta ya a
más del 50% de los adultos en la región, se debe al alto consumo de bebidas y
alimentos ultraprocesados con altos contenidos de azúcares, grasas y sal, y al
abandono de las dietas tradicionales.
En
efecto, el alto índice de obesidad de la población de América Latina y el
Caribe y las enfermedades que involucra, preocupa profundamente a los
consumidores y sus asociaciones.
Llama
la atención, en este contexto, que la industria alimentaria nacional y
multinacional insistan en ignorar una situación ampliamente documentada por
prestigiosas organizaciones a nivel global.
Aún
más, todos los gobiernos aprobaron hace menos de un año, en octubre de 2014, un
Plan de Acción para la Prevención de la Obesidad en la Niñez y la Adolescencia
que contempla precisamente las medidas que la industria está rechazando en nuestros
países.
Algunas
publicaciones relevantes sobre este tema, en particular de la Organización
Mundial de la Salud (OMS), la Organización para la Alimentación y la
Agricultura (FAO) y el World Cancer Research Fund, concuerdan en que los
factores más importantes que promueven el sobrepeso y la obesidad, así como las
enfermedades no transmisibles conexas, son el consumo elevado de productos de
bajo valor nutricional y contenido alto de azúcar, grasa y sal como la comida
rápida y la ingesta habitual de bebidas.
Sólo
para nombrar el más reciente de esos estudios, citamos un documento divulgado
recientemente por la FAO, el Panorama de la Inseguridad Alimentaria en América
Latina y el Caribe, que da cuenta de la gravedad del problema de la obesidad
infantil en América Latina y el Caribe.
Ese
informe muestra que mientras Argentina está en el primer lugar (9,9%), Chile es
el segundo país con más obesidad infantil en la región (9,5%), y le siguen
México (9%), Bolivia (8,7%) y otros países que están entre esos rangos.
CONSECUENCIAS
DE LA OBESIDAD
La
obesidad tiene consecuencias adversas para la salud en las fases iniciales de
la vida, dado que aumenta el riesgo de padecer asma, diabetes de tipo 2, apnea
del sueño y enfermedades cardiovasculares. Estas enfermedades, a su vez,
afectan el crecimiento y el desarrollo psicosocial durante la adolescencia y,
con el tiempo, comprometen la calidad de vida y la longevidad.
No
obstante estos sustentados estudios, en varios países de la región, las
organizaciones que luchan por lograr la aprobación de Reglamentos y Etiquetados
eficientes se encuentran con el rechazo frontal de la industria a medidas que
ayudarían a las personas a tomar mejores decisiones para su salud y la de sus
familias.
En
Perú, los consumidores esperaron desde 2013 que se publique el Reglamento de la
Ley de Promoción de la Alimentación Saludable para Niños, Niñas y Adolescentes,
que tantas expectativas había generado para enfrentar la obesidad infantil y
otras dolencias debido al consumo de comida chatarra.
Hoy
se sabe que se requiere de un segundo Reglamento para que varias de las medidas
contempladas entren en vigor. Los consumidores peruanos deberán seguir
esperando.
En
México, mientras se han logrado algunos avances en ofrecer alimentos saludables
en las escuelas, la industria logró imponerse para que el etiquetado de sus
productos y la regulación de la publicidad que dirigen a niños y niñas fuera
elaborada bajo sus criterios y no afectara sus ventas.
Nuestras
organizaciones siguen batallando contra el tiempo. En Brasil, la industria de
alimentos y bebidas, a través de subterfugios legales, ha impedido que se
establezcan regulaciones ya aprobadas sobre la publicidad de este tipo de
productos.
Durante
sólo en 2010 la industria presentó más de 10 demandas contra la regulación de
la publicidad de alimentos en Brasil. Por estos días, Chile está a punto de dar
un importante paso adelante con la aprobación de un Reglamento que incorpora un
etiquetado útil a los consumidores y que además otorga holgados plazos a la industria
para adecuarse a la nueva normativa.
El
etiquetado frontal de alimentos y bebidas propuesto brinda información sencilla
y útil para que los consumidores puedan identificar si un producto contiene
altas concentraciones de azúcares, grasas, sodio y calorías.
Este
etiquetado responde a las recomendaciones de la Organización Mundial de la
Salud y la Organización Panamericana de la Salud.
RECHAZO
DE LAS INDUSTRIAS
No
obstante, esta iniciativa está experimentando una ofensiva sin precedentes de
la industria alimentaria nacional y transnacional para frenar medidas que
beneficiarían la salud de toda la población.
En
este contexto, la Oficina para América Latina y el Caribe de Consumers
International, en conjunto con sus organizaciones miembros, hace un fuerte
llamado a deponer intereses económicos en defensa de la salud pública y a
actuar de manera responsable frente al mayor problema de salud pública que
enfrenta la región.
Consumers
International está en campaña en favor de una Convención sobre Alimentos
Saludables, similar al Convenio Marco sobre el Tabaco, para proteger y
promocionar los alimentos saludables.
Nuestras
recomendaciones para avanzar hacia ese tratado incluyen la necesidad de
etiquetados nutricionales claros y frontales, así como la prohibición de la
publicidad de estos productos dirigida a la población infantil.
Apoyamos
y promovemos el establecimiento de medidas fiscales para desincentivar el
consumo de los productos no saludables, así como la venta de alimentos no
saludables en las escuelas.
A
este tema dedicamos nuestra exitosa campaña del Día Mundial de los Derechos del
Consumidor 2015 y estuvimos recién haciendo incidencia por este tema en la
Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra.
Sólo
en la semana que tomó la realización de esa Asamblea, murieron más de 700 mil
personas como consecuencia de la alimentación no saludable.
Estamos
contra el tiempo. Apoyar estas medidas ya aprobadas por todos los gobiernos de
las Américas en el Plan Quinquenal mencionado anteriormente en el marco de la
OPS, significa también avanzar en el desarrollo humano, social y económico de
nuestros países.
Es
mejor entender más temprano que tarde la magnitud de la crisis de salud a la
que estamos haciendo frente a nivel regional y en cada uno de nuestros países.
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