VOCES DE CINCO MEXICANAS CON
CANCER QUE
DESEAN SOBREVIVIR A ESTE
LETAL ENEMIGO
En
México, el cáncer es una fuerte amenaza en la vida de las mujeres: es la
tercera causa de muerte, sólo después de las enfermedades cardíacas y la
diabetes. En total, 91 mil 562 personas fallecieron por cáncer durante el 2023,
de las cuales más de la mitad —el 52.4%— eran mujeres, de acuerdo con el INEGI.
El
cáncer de mama, el cervicouterino y el de tiroides encabezaron la lista de
mayor incidencia entre la población femenina en 2022, según datos de la
Secretaría de Salud. Aunque afecta principalmente a mujeres mayores de 65 años,
esta enfermedad no distingue de edad ni contexto.
Más
impactantes que las cifras son las historias detrás de cada caso. Este texto recoge
las voces de cinco mexicanas con distintos diagnósticos oncológicos que
reflejan, además del dolor físico y emocional, el impacto de la desigualdad, su
lucha resiliente y la urgente necesidad de apoyo económico.
La
Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) reporta que un
tratamiento de cáncer de cualquier tipo tiene un costo de entre 100 mil y 200
mil pesos al año si se lleva a cabo en una institución gubernamental como el
IMSS, mientras que en un hospital privado el costo se eleva hasta 350 mil pesos
al año.
Yuriko
Inukai, madre de cuatro hijos, enfrenta desde el sur de la Ciudad de México un
cáncer que ha puesto a prueba su cuerpo, pero también la economía de su
familia. Su esposo, Héctor, coordina una colecta solidaria para cubrir el medicamento
Aflibercept, necesario para frenar el crecimiento tumoral, así como consultas,
estudios y traslados médicos. A pesar de su situación, Yuriko mantiene intacta
su sonrisa y espíritu luchador.
A
unas alcaldías de distancia, vive Ana, diagnosticada con linfoma de Hodgkin
tras el hallazgo accidental de un bulto en su cuello. Actualmente, está en
tratamiento con quimioterapia. Aunque parte del proceso está cubierto por el
seguro, su familia solicita apoyo para medicamentos complementarios, estudios
no cubiertos, alimentación especializada y cuidados en casa. Cada aporte ayuda
a que Ana se concentre en su recuperación.
Gilda,
sobreviviente de cáncer de ovario, ahora enfrenta la etapa de seguimiento con
un tratamiento preventivo de 17 aplicaciones en Hermosillo. Sonora, para
reducir el riesgo de recaída. Su esposo, Pepe, impulsa una colecta de
recaudación para costear medicamentos, estudios periódicos y consultas médicas,
con la esperanza de que Gilda continúe sana y presente para su familia.
Con
un diagnóstico poco común, Brenda, busca tratamiento en Puebla. Ella tiene un
tumor maligno en la vaina del nervio periférico, por lo que requiere una
intervención de urgencia que incluye cirugías, quimioterapias, radiaciones y
enviar estudios médicos fuera del país para buscar nuevas opciones
terapéuticas. Su familia agradece cada apoyo recibido y destaca su fuerza
inquebrantable ante uno de los mayores retos de su vida.
Al
otro lado, Rebeca, sobreviviente de cáncer metastásico, también enfrenta en la
gran ciudad los retos económicos de mantener su salud y calidad de vida pese a
las secuelas del tratamiento. Ella presenta linfedema crónico que le provoca
inflamación en el brazo izquierdo.
Tras
más de un año de terapias y vendajes, logró estabilizar su condición, pero
depende del uso diario de mangas de compresión especializadas, que son costosas
y difíciles de conseguir, por lo que abrió su corazón para pedir apoyo
solidario.
¿POR QUÉ TU AYUDA SÍ MARCA LA DIFERENCIA?
Las
batallas de estas mujeres son de largo aliento, pero el apoyo que han recibido
les permitirá acceder de manera rápida a diagnósticos de especialistas y
tratamientos adecuados que le darán una oportunidad real de sanar. Así, su paso
por la adversidad será breve, digno y sabiendo que no están solas, porque su
comunidad las respalda.
Para
apoyar a Yuriko, Ana, Gilda, Rebeca, y Brenda, da clic en sus nombres y dona
desde los 20 pesos.










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