PACIENTE CON TRIPLE
TRASPLANTE REFLEXIONA
SOBRE LA VIDA, EL AMOR Y LA
GRATITUD
Un
paciente en franca recuperación que recibió un nuevo corazón, hígado y riñón
desea agradecer a la familia del donante de órganos el regalo más significativo
que ha recibido en su vida.
Estas
fiestas, Valance Sams padre, espera poder terminar la nota de agradecimiento
más importante que ha escrito: una nota que lleva meses meditando. Ha sido todo
un reto poner por escrito todo lo que quiere decir, de la forma adecuada. La
mayoría de los días, un torrente de emociones se interpone en su camino.
La
nota de Sams es para la familia del joven de 21 años cuyo corazón, hígado y
riñón siguen viviendo en su cuerpo, como resultado de un triple trasplante de
20 horas al que se sometió en mayo en el Cedars-Sinai.
¿Cómo
agradecer a una familia de forma adecuada un regalo fruto de tanta generosidad
y tristeza? Sams todavía está procesando su buena suerte al recibir tres
órganos a la vez y se pregunta cómo está manejando sus propios sentimientos la
familia del donante.
"Me
emociono cuando pienso en cómo estos tres órganos han cambiado mi vida",
afirma Sams. "Rezaba todos los días por un milagro cuando estaba esperando
un trasplante. Sabía a lo que me enfrentaba y que la espera sería
difícil".
"Conseguí
mi milagro. Pero me entristece que la familia de este joven haya tenido que
pasar por lo que pasaron para que eso ocurriera".
Sams
se convirtió en la 46ª persona de EE.UU. en recibir un trasplante de corazón,
hígado y riñón al mismo tiempo desde que la Red Unida para la Compartición de
Órganos, (United Network for Organ Sharing)
la agencia gubernamental que lleva la cuenta de los trasplantes de
órganos, empezó a realizar el seguimiento en 1987.
Su
triple trasplante fue el primero realizado con éxito en Cedars-Sinai; el
hospital realiza más trasplantes de órganos dobles que cualquier otro centro de
trasplantes de los EE.UU. El año pasado, Cedars-Sinai alcanzó un nuevo máximo
de trasplantes de órganos, con 616, superando el máximo del año anterior, que
fue de 556. El número de trasplantes de corazón, hígado y riñón en el
Cedars-Sinai ha aumentado considerablemente.
10 AÑOS DE DOLOR
Sams
llevaba 10 años padeciendo sarcoidosis, una rara enfermedad inflamatoria que le
provocó una acumulación de tejido cicatricial en el corazón y le dejó
incapacitado para trabajar o incluso caminar. Con el tiempo, tuvo que acudir
varias veces por semana a los médicos para que controlaran su estado, le
drenaran los líquidos acumulados y le administraran tratamientos de diálisis.
Pero
su salud empeoró a principios de año, cuando empezaron a fallarle el corazón,
el hígado y los riñones.
"Si
el corazón no funciona, puede provocar una hepatopatía congestiva en el hígado,
donde el hígado empieza a no funcionar muy bien y puede causar daños crónicos y
permanentes en el hígado, así como estrés en los riñones", explica la doctora
Irene Kim, directora del Centro Integral de Trasplantes del Cedars-Sinai y de
la Cátedra Esther y Mark Schulman de Cirugía y Medicina de Trasplantes.
Sams
estuvo en el hospital durante dos meses antes de que estuvieran disponibles
para trasplante un corazón, un hígado y un riñón compatibles.
Los
cirujanos de Sams, el doctor Tyler Gunn, director del Programa de Oxigenación
por Membrana Extracorpórea, el doctor Nicholas Nissen, director quirúrgico del
Programa de Trasplante Hepático, y el doctor Justin Steggerda, cirujano renal,
colaboraron con sus equipos de hasta 15 profesionales a la vez para trasplantar
los órganos. El procedimiento, altamente orquestado, requirió una estrecha
coordinación entre los equipos y una planificación detallada.
"La
coordinación empezó mucho antes de llegar al quirófano", afirma Steggerda.
"Empezó con nuestros coordinadores de programa y nuestro respetado
personal de enfermería, que se aseguraron de que un órgano donado fuera
aceptable, identificaron el mejor momento para realizar la obtención y
organizaron la logística para que todos los equipos acudieran por los órganos y
los trajeran de vuelta sanos y salvos".
En
los trasplantes multiorgánicos, los cirujanos operan en función del tiempo de
"isquemia" permitido, es decir, el tiempo que cada órgano puede
tolerar estar fuera del cuerpo. De acuerdo con esto, el trasplante de corazón
de Sams se realizó primero, seguido del de hígado y, por último, el de riñón.
Según
Nissen, los trasplantes multiorgánicos como éste ejemplifican la capacidad de
los equipos de trasplante para trabajar juntos bajo presión.
"Es
el mejor ejemplo de trabajo médico en equipo", afirma. "Literalmente,
todos los miembros del equipo tienen que trabajar con todos los demás para que
esto salga bien. Hay tres equipos diferentes que están haciendo que esto
suceda, así que para que tenga éxito, se necesita un esfuerzo absolutamente coordinado".
SEIS MESES DESPUES
Seis
meses después, Sams se siente "de maravilla".
Toma
en cuenta los consejos de sus médicos: Cuanto más se mueva, mejor y más rápida
será su recuperación. Por eso camina más de un kilómetro y medio tres veces por
semana y se asegura de hacer ejercicio cardiovascular y muchos estiramientos.
No jadea ni resopla al subir las escaleras de Los Angeles Trade-Technical
College, donde asiste a clases con el objetivo de obtener un título en
psicología del deporte.
"Doy
las gracias al equipo de trasplantes de Cedars-Sinai por tenerlo todo a
punto", afirma Sams. "Tengo mucho que agradecer, desde todos mis
médicos y enfermeras hasta todos los que me ayudaron en el camino. Y estoy
agradecido por la vida: estar tan enfermo como estuve y salir de ello 10 años
después sin problemas de salud, es el milagro por el que recé".
También
está impaciente por volver a entrenar a jóvenes jugadores de béisbol y devolver
algo a la comunidad. Incluso espera fundar su propia organización sin ánimo de
lucro para ayudar a los pacientes de diálisis.
Pero
antes, quiere terminar la nota de agradecimiento más importante que ha escrito
nunca, por el regalo más significativo que ha recibido.
"Espero
y rezo para que la familia del donante quiera conocerme algún día", dice
Sams. "Puede ser difícil para la gente que necesita un órgano conseguir
uno, no digamos tres, y significaría mucho para mí saber más sobre la persona
que lo hizo posible".