ENFERMEDAD DE BATTEN,
PADECIMIENTO
RARO Y DEVASTADOR
*Un trastorno neurodegenerativo, el cual
tiene una incidencia estimada de una a dos personas por cada 100 mil nacidos
vivos
Raro
y devastador suele ser una mala combinación. Cada año, el 9 de junio, se
conmemora el Día Internacional de
Concientización sobre la Enfermedad de Batten, una fecha dedicada a
aumentar la visibilidad y comprensión de esta rara enfermedad neurodegenerativa
pediátrica.
También
conocida como lipofuscinosis neuronal ceroide tipo 2 (CLN2, por sus siglas en
inglés), es una condición genética devastadora que afecta a niños y, por
supuesto, a sus familias en todo el mundo.
Al
respecto, la doctora Nesty Olivares, directora médica asociada de BioMarin
Pharmaceutical, afirmó que: “El ‘Día Internacional de Concientización sobre la
Enfermedad de Batten’ es una oportunidad para dar visibilidad a los pacientes
que viven con este padecimiento y a sus familias. Por ello, debemos trabajar
juntos para promover la investigación y el apoyo necesarios para mejorar la
calidad de vida de quienes la padecen. Sólo a través de la acción conjunta y la
solidaridad podremos marcar la diferencia en la vida de estas personas y
construir un futuro más brillante para aquellos afectados por este padecimiento
devastador”.
La
enfermedad de Batten es un trastorno hereditario que pertenece a un grupo de
enfermedades conocidas como “enfermedades por depósito lisosomal”. Este
padecimiento se caracteriza por la acumulación de sustancias llamadas
lipofuscina en las células del cerebro y otros tejidos.
Esta
acumulación progresiva de lipofuscina provoca el deterioro de las células
nerviosas, lo que resulta en una pérdida gradual de habilidades cognitivas y
motoras.
Es
importante añadir que la enfermedad de Batten suele ser confundida con otros
trastornos neurológicos, como la epilepsia, pero la característica clave es el
retroceso en el desarrollo del lenguaje y la pérdida del control psicomotor.
Por
ello, el diagnóstico suele tardar dos años o más en países en desarrollo, como
es México y el resto de América Latina. La confirmación diagnóstica puede
hacerse mediante pruebas de laboratorio enzimáticas y moleculares.
La
expectativa de vida de un paciente sin tratamiento ronda entre los ocho y 12
años de edad, ya que el daño por acumulación de desechos lisosomales en las
células suele ser devastador y las complicaciones, por lo regular, llevan a una
muerte prematura; por tanto, la mayoría de los niños afectados por este raro
padecimiento difícilmente sobreviven más allá de la adolescencia temprana.
En
la Enfermedad de Batten los primeros signos suelen manifestarse en la primera
infancia y pueden incluir síntomas como la pérdida de la visión, crisis
epilépticas, demencia, dificultades motoras, cambios de comportamiento,
trastornos del lenguaje, comunicación errónea con su entorno, trastornos del
sueño y falta de control o coordinación en los movimientos voluntarios.
La
falta de conciencia e información al respecto de este padecimiento dificulta el
diagnóstico y tratamiento adecuados de la enfermedad, lo que a su vez aumenta
la carga para las familias que cuidan de los afectados.
Por
su parte Alejandra Zamora, coordinadora de Grupo Fabry, señaló que en el caso de
México, se han documentado varios casos de Enfermedad de Batten en diferentes
regiones del país.
Si
bien no existen estadísticas precisas sobre la prevalencia de la enfermedad, es
evidente que afecta a un número significativo de familias mexicanas. La detección
temprana y el acceso a la atención médica especializada son fundamentales para
mejorar la calidad de vida de los pacientes y brindar apoyo a sus familias.
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