IMPORTANTE CONTROLAR LA GLUCOSA EN PACIENTES
CON DIABETES PARA EVITAR EL PIE DIABÉTICO
*Las complicaciones
son una de las principales causas de morbilidad, mortalidad e incapacidad
*La piedra angular
para tratar el pie diabético consiste en el control glucémico estricto y evitar
factores de riesgo
El pie diabético es una complicación que se
presenta en pacientes con diabetes mellitus, tanto en el tipo 1 como en el tipo
2, que no han llevado un buen control de las cifras de glucosa.
Las personas con diabetes tienen 50 veces más
riesgo de desarrollar úlceras en los pies, toda vez que las complicaciones por
pie diabético son una de las principales causas de morbilidad, mortalidad e
incapacidad; siendo la causa de 75% de amputaciones no traumáticas.
El pie diabético es el resultado del efecto
combinado de la angiopatía, la neuropatía y el mayor riesgo de infecciones,
junto con el efecto de las presiones intrínsecas y extrínsecas secundarias a
malformaciones óseas en los pies.
Los factores de riesgo asociados con el pie
diabético son: historia de úlceras previas, presencia de neuropatía,
deformidades en los pies y enfermedad vascular, aumento de la viscosidad
sanguínea, tabaquismo, mala higiene de los pies, edad avanzada, movilidad disminuida,
más de diez años de evolución de la enfermedad.
Los síntomas de esta afectación son: úlceras en los
pies, pie artropático (artropatía de Charcot), necrosis digital, celulitis y
linfangitis, infección necrotizante de tejidos blandos y osteomielitis.
Puede ser que sea doloroso o no, dependiendo del
grado de afección y de las complicaciones neuropáticas que el paciente tenga.
Incluso puede llegar a presentar ataque al estado general, fiebre, taquicardia
o estado de choque.
El diagnóstico puede hacerse clínico, en donde se
explora la sensibilidad a la temperatura y al dolor (alodinia e hiperalgesia),
y la función motora. Se observa la piel en busca de úlceras o datos sugerentes
de alteraciones neuropáticas y vasculares, como piel delgada, sin vello, uñas
delgadas y frágiles, propensión a hematomas, temperatura de la piel.
La piedra angular del tratamiento consiste en el
control glucémico estricto, evitar los factores de riesgo y controlar otras
comorbilidades que pudieran agravar la patología, como hipertensión arterial y
dislipidemia.
El tratamiento dependerá del grado de lesión que
presente el paciente, el cual, puede ser, desde eliminar callosidades (por
personal calificado), desbridamiento del tejido dañado, limpieza de la herida
con soluciones y jabón, uso de antibióticos, utilización de bypass para
mejorar la circulación sanguínea, hasta la amputación.
Para prevenir el pie diabético, se recomienda: llevar
un control de glucosa adecuado; explorar los pies periódicamente para detectar
la presencia de lesiones; lavar a diario los pies con agua y jabón y secarlos
perfectamente; hidratar los pies con una crema después del baño; evitar usar
agua muy caliente al ducharse; no utilizar agua o almohadillas calientes para
calentar los pies; utilizar un zapato cómodo, suave, ancho y con calcetines de
algodón; evitar caminar descalzo y cortar y limar las uñas de forma cuadrada,
evitando los bordes puntiagudos.
Asimismo, es importante realizar actividad física
con zapato adecuado para hacerlo; acudir a revisiones periódicas por un
profesional de la salud; dejar de fumar; si se tienen heridas, cubrirlas con
gasas estériles y acudir con el médico para que indique manejo de las mismas.
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