OBESIDAD Y CANCER: UNA
COMBINACION DE CUIDADO
*La pérdida de 5%–10% del peso corporal es
suficiente para reducir el riesgo de comorbilidades como el cáncer y prevenir
la muerte prematura
En
el marco del Día Mundial del Cáncer, especialistas advierten que la obesidad es
un factor de riesgo para ciertos tipos de neoplasias malignas.
Esta
enfermedad crónica es uno de los mayores problemas de salud pública en México,
ya que aqueja a más del 72.4% de la población adulta de 20 o más años de edad.
Asimismo,
la obesidad es el principal factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades
crónicas no trasmisibles (ECNT), la mortalidad prematura y el costo social de
la salud, además de reducir tiempo y calidad de vida.
Entre
el 7% y el 41% de la carga de algunos cánceres son atribuibles al sobrepeso y
la obesidad; al respecto, el doctor Claudio Fiorentini, investigador, maestro
en ciencias y gerente médico de Obesidad de Novo Nordisk, explicó que la
obesidad es una enfermedad crónica que genera mayores niveles de estrés
oxidativo, los cuales pueden producir inflamación y alteraciones en el sistema
inmune.
“El
aumento del tejido adiposo puede llevar a diferentes enfermedades que van desde
cambios en el metabolismo, hasta algunos tipos de cáncer, debido a
concentraciones de diversas hormonas como la leptina, la insulina y la
prolactina. Algunos investigadores han llegado a sugerir que entre el 35%-70%
de los cánceres están vinculados directamente con la alimentación y la
obesidad”, informó el doctor Fiorentini.
El
también maestro en ciencias abundó en que son 13 los tipos de cáncer vinculados
al sobrepeso y obesidad, como los de esófago, mama, colon y recto, matriz
(útero), vesícula, estómago, riñones, hígado, ovario, páncreas, tiroides,
cerebro (meningioma) y mieloma múltiple.
“Tener
sobrepeso u obesidad no significa necesariamente que alguien vaya a desarrollar
cáncer. Pero sí quiere decir que la persona tiene más probabilidades de
presentarlo que si hubiese mantenido un peso saludable”, explicó el doctor
Fiorentini.
Más
del 90 % de nuevos casos de cáncer asociados a la obesidad se presentan en
hombres y mujeres de 50 años o más.
El
gerente médico de obesidad de Novo Nordisk hizo énfasis en que “la pérdida de 5%–10%
del peso corporal es suficiente para mejorar la calidad de vida, reducir el
riesgo de comorbilidades como el cáncer y prevenir la muerte prematura. Todo es
cuestión de decidirse a acudir a un profesional de la salud, quien indicará a
cada persona el tratamiento más adecuado para ella, dependiendo de su estado de
salud, edad y estilo de vida”.
TRATAMIENTO INTEGRAL REDUCE EL
RIESGO
“Al
ser una enfermedad compleja y multicausal, la obesidad requiere de un
tratamiento multidisciplinario, que incluye un estilo de vida saludable con
actividad física; abordaje psicológico y nutricional; tratamiento farmacológico
con medicamentos innovadores como liraglutida 3mg, agonista del receptor de
GLP-1, y cirugía bariátrica”, abundó el doctor Fiorentini.
“Debido
a que es una enfermedad crónica, el tratamiento para la obesidad debe
mantenerse a largo plazo, con el apoyo de profesionales de la salud
capacitados”, explicó el también maestro en ciencias.
Comentó
que el plan alimentario ideal debería ser bajo en calorías, balanceado,
placentero y sostenible en el tiempo.
“El
tratamiento farmacológico es aplicable a algunos pacientes para facilitar la
pérdida de peso y prevenir la ganancia de éste, siempre en combinación con
cambios en el estilo de vida. El médico es quien debe evaluar el caso de cada
paciente y prescribir el medicamento que considere el más adecuado”, indicó el
especialista.
El
manejo actual de la obesidad tiene como uno de sus ejes la modificación del
estilo de vida, principalmente relacionado con hábitos alimenticios y actividad
física. La modificación de cualquier hábito requiere de métodos psicológicos
específicos, como la terapia conductual.
“El
objetivo es lograr que estos cambios se produzcan a largo plazo, controlando
también los factores ambientales (entorno del paciente) que promuevan la
ingesta. Requiere de distintas técnicas que permitan al paciente adquirir
herramientas, motivaciones y contención que acompañen el proceso”, señaló.
El
especialista subrayó que la actividad física es clave para la pérdida de peso,
ya que produce gasto calórico, ayuda a suprimir el apetito, mejora la ansiedad,
contrarresta el declive metabólico producido por la dieta, permite minimizar la
pérdida de masa magra y reduce la mortalidad asociada al exceso de peso.
“Es
muy importante, sobre todo en la fase de mantenimiento del peso. La actividad
debe ser aeróbica, de intensidad moderada y progresiva, teniendo como objetivo
llegar a trabajar 45-60 minutos diarios”, precisó.
“Mantener
un peso saludable es la mejor herramienta para reducir el riesgo de desarrollar
cáncer. Sólo el médico podrá determinar cuál es el tratamiento adecuado para
cada paciente. En todo lo relacionado con la salud, no hay tiempo que perder”,
concluyó el doctor Fiorentini.