DIABETES, HIPERTENSION Y
OBESIDAD: ENFERMEDAD RENAL CRONICA
*Educar a la población mexicana y a los
profesionales de la salud para prevenir la enfermedad renal crónica, objetivo
del Día Mundial del Riñón 2020: Centro Médico ABC
“En
México, desafortunadamente no existe un registro de pacientes con enfermedad
renal crónica; sin embargo, con datos del Registro del Estado de Jalisco, se
estima que existen más de 10 millones de mexicanos con algún grado de afección
en el riñón, lo que representa, aproximadamente, el 10% de la población”, manifestó
el doctor José Ernesto López Almaraz, nefrólogo del Centro Médico ABC.
Las
principales causas de la enfermedad renal crónica son: diabetes mellitus,
obesidad e hipertensión arterial, lo que representa más del 50%; otras
condiciones que pueden llevar a esto son enfermedades propias del riñón como
las glomerulonefritis (enfermedades que ocasionan inflamación en el riñón,
dejando como secuela áreas de fibrosis con lo cual no pueden realizar su
trabajo de manera óptima) o enfermedades reumatológicas como el lupus
eritematoso que deterioran de manera progresiva la función renal.
Existe
evidencia que el bajo consumo de agua puede contribuir al desarrollo y
progresión de la enfermedad renal crónica. Un número importante de mexicanos
evita o disminuye el consumo de este líquido sustituyéndolo, en muchas
ocasiones, por una ingesta excesiva de bebidas carbonatadas y refrescos que
tienen un alto contenido de minerales como el sodio y ácido carbónico, que
provocan que el riñón trabaje más para eliminar las toxinas, contribuyendo de
forma importante al daño renal.
Un
problema importante de este padecimiento es que en la mayoría de los casos los
pacientes acuden en etapas muy avanzadas; es decir, cuando ya requieren diálisis.
Desafortunadamente, no hay un diagnóstico temprano de la enfermedad renal
crónica que nos permita modificar el curso de la enfermedad. Por otro lado,
entre mayor sea el número de factores de riesgo, el problema es mayor y puede
haber deterioro más rápido hasta llegar al inicio de la diálisis.
REEMPLAZO
RENAL
En
etapas avanzadas de la enfermedad renal crónica (ERC), cuando la capacidad del
riñón de filtrar toxinas está por debajo del 15%, es cuando se llega a requerir
la terapia de reemplazo renal como la hemodiálisis o el trasplante para poder
mantener una buena calidad de vida.
“En
México, se estima que hay cerca de 200 mil personas que se encuentran en esta
etapa; sin embargo, solo la mitad tienen acceso a este tipo de tratamiento”,
afirmó el especialista.
La
diálisis peritoneal y la hemodiálisis son procedimientos de desintoxicación
sanguínea que ayudan a eliminar los desechos que genera el organismo día a día.
En la diálisis peritoneal se utiliza una membrana semipermeable del cuerpo para
limpiar la sangre mediante un catéter abdominal, es un proceso que se debe
realizar de forma constante para mantener los niveles aceptables y lograr un
mejor estado de salud.
En
la hemodiálisis, la membrana que sirve para filtrar la sangre se encuentra en
un dispositivo externo por donde se hace pasar la sangre para limpiarla
utilizando una máquina que hace circularla y regresarla al cuerpo con menos
toxinas.
El
trasplante renal es la mejor forma de terapia sustitutiva, porque de forma
integral, además de eliminar toxinas, el riñón trasplantado ayuda al control de
la presión arterial, a corregir anemia, a regular el metabolismo mineral, entre
otras cosas, que no hacen ni la diálisis peritoneal ni la hemodiálisis.
“Tanto
la diálisis peritoneal como la hemodiálisis en las dosis correctas, pueden
brindar una buena calidad de vida al paciente; sin embargo, como ya se
mencionó, el trasplante renal es la forma ideal de terapia de reemplazo renal,
por lo que cualquier paciente que inicia diálisis debe evaluarse para la
realización de un trasplante renal”, señaló el doctor López Almaraz.
Respecto
a esta última forma de terapia sustitutiva, es necesario saber que existen dos
tipos de donantes: los vivos o los fallecidos (con muerte cerebral). Estar en
espera de un órgano de un donante fallecido tiene como principal inconveniente
el tiempo de espera, “hoy, el Centro Nacional de Trasplantes tiene un registro
de más de 13 mil pacientes en lista para recibir un riñón de donante
fallecido”.
“En
el caso del donante vivo hay algunas ventajas, ya que se puede disminuir el
tiempo de espera para la realización del trasplante, se pueden realizar pruebas
de compatibilidad más específicas lo que impacta de manera positiva en el
tiempo de vida del trasplante”, comentó el especialista.
MEJOR
PREVENIR
Para
la enfermedad renal crónica la prevención es la mejor solución, por eso en el
Día Mundial del Riñón, 12 de marzo de 2020, se estableció como necesidad educar
a la población en general, a los médicos no especialistas y a quienes definen
políticas de salud, sobre la importancia de tener una detección temprana para modificar
los factores que puedan llevar a requerir diálisis, hemodiálisis o trasplante.
Por
eso el doctor José Ernesto López Almaraz ofrece algunos consejos para ayudar en
la prevención:
Conocer
los grupos de riesgo: pacientes con diabetes, hipertensión, obesidad,
antecedentes familiares de ERC y enfermedades que puedan impactar al riñón.
Una
evaluación anual de la salud renal riñón.
Consumo
adecuado de agua: evitar bebidas carbonatadas y sodio en la dieta para impedir
que el riñón sea susceptible a hipertensión arterial.
Estilo de vida saludable: realizar ejercicio
aeróbico 30 minutos al día, cinco días a la semana.
En personas fumadoras que ya tienen daño
renal, suspender el tabaco ya que empeora la velocidad con la que se deteriora
el riñón.
Cuando se detecta ERC dar tratamiento para
evitar la progresión.
Exámenes de sangre: la química sanguínea
sirve para saber que tanto están filtrando los riñones. La búsqueda
intencionada de proteínas en la orina ayuda a encontrar en etapas tempranas la
ERC.
En
cuanto al tratamiento, el nefrólogo asegura que el Centro Médico ABC cuenta con
una Unidad de Hemodiálisis donde se brindan distintas modalidades de terapia
sustitutiva. “Básicamente es hemodiálisis de alto flujo y hemodiafiltración
considerados estándares de la más alta calidad, son planes de tratamiento donde
el paciente esta monitoreado constantemente por un equipo multidisciplinario
para asegurar una adecuada dosis y una mejor calidad de vida”, dijo.
Finalmente,
indicó que es importante evitar la automedicación, ya que el abuso de
antinflamatorios y los antibióticos ponen en riesgo la función de los riñones.