SUICIDIO, SEGUNDA CAUSA DE
MUERTE ENTRE JOVENES
•Es un problema de salud pública cada vez
mayor, por lo cual su prevención debe ser considerada como una prioridad
Alrededor
del mundo, el suicidio es un problema de salud pública cada vez mayor, por lo
cual su prevención debe ser considerada como una prioridad. A nivel
internacional cada año se registran más de 800 mil suicidios; es decir, cada
segundo 40 personas se quitan la vida.
En
los últimos 45 años las tasas de suicidio han aumentado en un 60% a nivel
mundial. Actualmente, el suicidio es la segunda causa de muerte entre los
jóvenes de 15 a 29 años.
El
suicidio es una realidad que duele y lastima a toda una sociedad; causa una
fuerte carga emocional en los familiares y amigos de las personas que por algún
motivo decidieron quitarse la vida, ya que además del dolor ante la pérdida,
genera sentimientos de culpa respecto a un hecho fatal que pudo haberse
evitado.
En
México, las cifras de la desesperanza también se han incrementado en los últimos
50 años, sobre todo entre los jóvenes en edades activas y los hombres ancianos.
En
2017 el total de fallecimientos por suicidio fue de 6 mil 494, con una
tendencia más pronunciada en los hombres (8.7 por cada 100 mil) que en las
mujeres (1.9 por cada 100 mil), siendo la media nacional de 5.2 por cada 100
mil habitantes.
Sobresale
el grupo de 20 a 24 años, con una tasa de 15.1 suicidios por cada 100 mil
jóvenes del sexo masculino.
PROBLEMA
COMPLEJO Y MULTIFACTORIAL
A
pesar de la alta carga emocional y económica que significa el suicidio, éste es
un suceso que puede prevenirse identificando los factores de riesgo y mejorando
la salud mental de la población.
Al
respecto, el doctor Edilberto Peña, neuropsiquiatra y maestro en ciencias
médicas, explica que el primer paso para la prevención del suicidio es
enfocarse en sus causas, que son múltiples.
“El
suicidio es un problema complejo, en el que intervienen factores psicológicos,
sociales, biológicos, culturales y ambientales”, explicó.
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que los trastornos mentales, como
depresión mayor, trastorno bipolar, abuso de alcohol-drogas y esquizofrenia,
son un factor muy importante asociado con el suicidio, con una prevalencia
total de 80% a 100% de trastornos mentales en casos de suicidio consumado.
“La
mayoría de los suicidios han sido precedidos de signos de advertencia verbal o
conductual, aunque algunos de ellos se cometen sin advertencia previa. Aún así
es importante conocer las señales de alerta, tales como declaraciones o
amenazas de suicidio, desesperanza profunda, consumo de drogas o alcohol,
deshacerse de posesiones queridas, decir adiós o pedir perdón, aislamiento,
hacerse daño a sí mismos, hablar de la muerte como salida a los problemas o
presentar cambios bruscos de estado de euforia a estado de tristeza profunda”, precisó
el doctor Peña.
El
especialista en neuropsiquiatría advirtió que la crisis por Covid-19 puede ser
un factor de riesgo para que aumenten los suicidios. “Los problemas
desencadenados por la pandemia pueden generar mediadores psicológicos como
tristeza, preocupación, miedo, ira, frustración y culpa”.
En
tiempos de Covid-19 existen factores de riesgo psicosociales asociados a
suicidio como aislamiento social, pérdida de seres queridos, estigma hacia las
personas con Covid-19 y sus familias, pérdida del empleo y factores financieros
estresantes, interrupción de la educación y ansiedad por el futuro, violencia
doméstica y consumo de alcohol, fragmentación y tensión social, disponibilidad
de medios para suicidarse y entornos de escasos recursos.
Mediante
intervenciones oportunas y eficaces, basadas en tratamiento y apoyo, pueden
prevenirse tanto suicidios como intentos de éste.
Destacó
el doctor Peña que entre las estrategias específicas de prevención están el
acompañamiento en el duelo; promover herramientas para favorecer la salud
mental; mitigar los efectos adversos del aislamiento; implementar programas
educativos y de concienciación para pacientes, familiares y proveedores de
atención médica; facilitar la solución de problemas, y evitar la soledad y la
desconexión.
TERAPIA
DE PREVENCION
“Terapéuticamente
hablando existen formas eficaces para la prevención del suicidio como la
farmacoterapia, psicoterapia y seguimiento tras realización tentativa. También
es importante restringir el acceso a métodos letales y compartir guías de
buenas prácticas con medios de comunicación”, aseguró el especialista. El
manejo antidepresivo disminuye significativamente la tasa de intentos de
suicidio, sobre todo en poblaciones jóvenes.
A
nivel gubernamental es necesaria una estrategia legislativa integral para establecer
políticas que ayuden a prevenir el suicidio, mejorar la atención de la salud
mental de la población y dotar de herramientas a los especialistas que atienden
este problema de salud pública.
El
doctor Peña de León señaló que en la Ley General de Salud hasta ahora no existe
ningún artículo que haga referencia a alguna estrategia de prevención o acción
contra el suicidio.
Por
su parte, Sara Montero, directora general de México, Centroamérica y Países
Andinos de Lundbeck señaló que: “Una sola vida perdida por suicidio significa
mucho. El camino por seguir consiste en que autoridades, profesionales de la
salud y sociedad trabajemos juntos para prevenir el suicidio, y el momento de
actuar es ahora. Como compañía global y líder en salud mental colaboramos con
autoridades, grupos de pacientes y otros sectores interesados en diferentes
países para apoyar a comunidades y sociedad en la prevención del suicidio”.