LAS EMOCIONES MAL MANEJADAS Y EL ESTRÉS
PUEDEN DERIVAR EN DOLOR Y
ENFERMEDADES
*Taller “Aprende a vivir en plenitud, sin
enfermar o morir en el intento” (Prevención y Manejo de Enfermedades
Psicosomáticas)
“Las
enfermedades psicosomáticas son avisos o manifestaciones físicas de problemas
relacionados con el estrés, la ansiedad, la depresión; por lo tanto, se asocian
con pensamientos y sentimientos que nos superan”, expresó la Psicóloga y
Tanatóloga Gabriela Gallegos Oliva.
“La
Psiquiatría, la Neurología y la Psicología estudian los factores que afectan a
las personas tanto en el desarrollo de enfermedades de la mente, para aplicar
los tratamientos más adecuados, como la incidencia de esos trastornos mentales,
porque saben que usualmente producen alteraciones orgánicas”, agregó.
Acerca
del Taller “Aprendiendo a vivir en
plenitud, sin enfermar o morir en el intento”:(Prevención y Manejo de
Enfermedades Psicosomáticas) que se realizará el Domingo 19 de Junio en
modalidad online, bajo la organización de Renasci, Desarrollo Empresarial y
Transformación Humana y la Secretaría de Educación de Durango, señaló: “Es
importante que las personas conozcan las formas en que su cuerpo habla,
comprendan las causas de los desequilibrios entre la mente y su cuerpo y
aprendan algunas técnicas efectivas para prevenir y manejar el estrés, la
depresión y la ansiedad; que adquieran herramientas que les permitan
experimentar una vida más plena”.
“La
visión holística “nos enseña a ver al individuo de forma integral”, por lo que
un síntoma físico (dolor de cabeza, de estómago, erupción en la piel, mareo,
etc.), “tendría que ser atendido no sólo desde lo biológico, sino también desde
lo psicológico, social y espiritual”, abundó.
No
es poco común que un duelo mal atendido genere a mediano plazo un trastorno
depresivo o que después de que una persona haya estado sometida a niveles altos
de estrés, desarrolle enfermedades importantes, debido al debilitamiento del
sistema inmunológico.
En
esta época que estamos viviendo, donde el mundo entero se sumó al miedo
constante, a la incertidumbre, al encierro, con todo el deterioro emocional,
físico, espiritual y económico que conlleva el manejo de la pandemia por el
COVID-19, “los profesionales de la salud estamos enfrentando un repunte en la
atención de personas que padecen enfermedades psicosomáticas”.
VULNERABILIDAD FISICA
Éstas
suelen resultar de una vulnerabilidad física reforzada y agravada por
determinados factores psicológicos. 'Psyche' hace referencia a la mente y
'soma' designa el cuerpo. Existen diferentes enfermedades físicas que tanto el
estrés como otros factores psicológicos pueden activar. De este modo, las
emociones y el estrés pueden derivar en un dolor o en otros tipos de
enfermedades.
“Por
esto, puntualizó la Psicóloga y Tanatóloga Gabriela Gallegos Oliva, las
enfermedades psicosomáticas resultan de determinadas influencias psicológicas
que terminan agravando una vulnerabilidad física ya existente. Más adelante
esta combinación va a desembocar en síntomas y en problemas dolorosos, como la
fibromialgia, por ejemplo”.
En
el pasado, en la cultura occidental, se sostenía la idea de que mente y cuerpo
funcionaban de forma independiente, como si fueran dos organismos desconectados
entre sí. En el presente, sabemos que todos los sistemas se relacionan unos con
otros, interactuando constantemente. Por ello, un dolor físico puede provocar y
reforzar determinados problemas psicológicos como la depresión y su “prima
hermana” la ansiedad. También puede suceder a la inversa. El dolor es una
manifestación muy frecuente de este vínculo entre cuerpo y mente. Por todo lo
anterior, las enfermedades psicosomáticas parecen ser algo cada vez más
habitual.
Algunas
de los tipos de trastornos psicosomáticos más comunes son: fibromialgia, colon
irritable, bruxismo, cefaleas, fatiga crónica, dolor crónico, trastornos
dermatológicos, insomnio, entre otros.
En
el taller “Aprendiendo a vivir en
plenitud, sin enfermar o morir en el intento” (Prevención y Manejo de
Enfermedades Psicosomáticas) aprenderás a reconocer a tu cuerpo como un ser
integral y podrás poner en práctica algunas técnicas efectivas para aprender a
vivir en plenitud, entendiendo el término plenitud como llenura, sentido y gozo
por vivir con, sin o a pesar de las circunstancias (adversidades) que estemos
experimentando en el presente.