jueves, 3 de noviembre de 2011

EL CANCER

El cáncer es curable si se detecta a tiempo

*El cervicouterino, de mama y de ovario, entre los más letales para las mujeres

*El riesgo se presenta a los 45 años de edad

Dolores RODRIGUEZ RAMIREZ 
En México, estos tres tipos de cáncer ocupan los primeros lugares de mortalidad por neoplasias en la población adulta femenina, debido a que en más de la mitad de las pacientes se detecta en etapas avanzadas, afirmó la oncóloga médica del Instituto Nacional de Cancerología, Dolores Gallardo.
Puntualizó que la falta de síntomas en las fases iniciales de los tumores complica su detección oportuna, por lo que pueden transcurrir de seis meses a un año para su diagnóstico.
En el caso del de ovario, que pese a su agresividad no llamaba la atención de los especialistas ni de las pacientes, lo confunden con una colitis, porque causa molestia en la parte baja del abdomen, leve, tolerable, permanente, parecido a una colitis, acompañada de distensión abdominal, sensación de llenura, dificultad para comer, dolor pélvico y en la espalda que empeora con el tiempo y sensación de evacuar.
Conforme avanza hay aumento en el volumen del abdomen, saciedad, aumento de peso, dolor abdominal y en ocasiones, sangrado vaginal anormal.
El cáncer de ovario es de rápido crecimiento y diseminación, por lo que dos de cada tres mujeres mueren antes de los cinco años a partir del diagnóstico. El riesgo de padecerlo empieza alrededor de los 45 años de edad y nace en la superficie o parte externa del ovario, pero en esta fase por lo general pasa inadvertido.
Este tipo de cáncer se clasifica en cuatro etapas, en I y II hay amplias posibilidades de curación, pero en la tres ya se diseminó en forma de semillas al peritoneo y sólo una de cada cuatro mujeres se cura.
Es importante saber que la prueba de Papanicolaou no diagnostica el cáncer de ovario, sólo el cérvico uterino, por lo que su detección debe ser con ultrasonido pélvico o transvaginal con método dopler que permite distinguir alteraciones, así como el estudio de determinación de marcador tumoral antígeno CA125, que debe empezar a realizarse a los 45 años de edad o en la perimenopausia, y de preferencia dos veces al año, pero quienes tienen factores de riesgo deben practicarse este estudio cada tres meses.
Tienen más posibilidad de padecer cáncer de ovario las mujeres que tuvieron cáncer de mama, que tienen familiares directos como la madre o la abuela con cualquiera de los dos cánceres, quienes se someten a estudios de fertilización para procrear hijos o las que no tuvieron descendencia.
La especialista precisó que el tratamiento consiste en quimioterapia y cirugía para extraer los ovarios y ésta debe realizarla un cirujano oncólogo o un cirujano, además de una revisión profunda de la cavidad peritoneal, del bazo, diafragma, superficie hepática y piso pélvico, entre otros órganos.
Por ello, es necesario que las mujeres se realicen el estudio diagnóstico, ya que aún con el tratamiento óptimo, en etapa avanzada de la enfermedad hasta 95% de los casos tienen probabilidad de recaída.

NUEVO FARMACO

Durante la última década o más, las opciones de tratamiento para el cáncer de ovario se limitaron a la cirugía y la quimioterapia; lamentablemente, las mujeres en etapa avanzada de la enfermedad tienen probabilidades de una recaída en hasta un 95% de los casos.
Sin embargo, gracias a los esfuerzos de investigación en salud y en el marco del Congreso de la Sociedad Mexicana de Oncología (SMEO) se dio a conocer que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) aprobó el medicamento de Roche Bevacizumab en combinación con carboplatino y paclitaxel, para el tratamiento en primera línea del cáncer epitelial de ovario, trompas de falopio y peritoneal primario en etapa clínica FIGO III y IV.
Se trata de la primera terapia a nivel mundial que evita el crecimiento de los vasos sanguíneos que nutren al tumor. Esto, representa un gran logro para miles de mujeres mexicanas que padecen esta terrible enfermedad.

NIÑOS CON CANCER

Incluir el tratamiento del cáncer en menores de 18 años al Seguro Popular permite que la mortalidad de esta enfermedad disminuya considerablemente, ya que actualmente de cada 10 niños que padecen leucemia linfoblástica aguda siete logran su recuperación.
Anteriormente, los niños diagnosticados con esta neoplasia maligna tenían 70% de posibilidades de morir, ya que se abandonaba el tratamiento por su alto costo.
Sin embargo, en los últimos tres años se ha revertido esta situación y ahora los niños con padecimientos oncológicos son atendidos en instituciones especializadas donde se les brinda tratamiento integral comparable al que se ofrece en los principales centros pediátricos del mundo.
Es una enfermedad que llegó para quedarse, no va a disminuir, al contario va en aumento, por lo que es necesario avanzar de manera mucho más clara de lo curativo a lo preventivo, porque en un futuro se estima que uno de cada tres mexicanos padecerá cáncer.
La tarea es enorme, sobre todo en recursos humanos, ya que se requiere un mayor número de oncólogos pediatras en el país.

INVESTIGACION DEL CINVESTAV

Desde hace más de cuatro años, los científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) trabajan en el desarrollo de una terapia alternativa o complementaria, que mediante ondas electromagnéticas de baja frecuencia controladas, se podría prevenir o combatir el cáncer en el hígado en sus primeras fases.
Por el momento, de acuerdo con los resultados de laboratorio se ha logrado reducir en un 50% el número y tamaño de las lesiones preneoplásicas, que son parte inicial del desarrollo del cáncer.
Una de las ventajas de este método sería que, a diferencia de las radioterapias que matan tanto a las células malas como a las sanas, porque emplean energía muy alta, el uso de ondas electromagnéticas de baja frecuencia no perjudica a las células sanas, pero sí es capaz de modificar a las células dañadas.
El campo electromagnético, ya sea natural o artificial, es algo con lo que convivimos diariamente, aunque no lo veamos, por ello es complejo de entender su efecto sobre los organismos.
Esta energía está en todos lados, la natural la encontramos en las tormentas eléctricas, la radiación solar, la luz visible, en el campo magnético de la Tierra etc.; la artificial, es decir, creada por el hombre, es la que se genera por el uso de la energía eléctrica en nuestros hogares, los celulares o las computadoras.
La finalidad de este estudio es determinar el efecto del campo electromagnético controlado aplicado en la etapa temprana del desarrollo del cáncer de hígado y posteriormente la se otros tipos de este mal.
En este trabajo, en el Cinvestav se utilizaron frecuencias denominadas hertz, las cuales se caracterizan por ser muy baja, no generan calor y tienen longitudes de onda muy amplias (del orden de kilómetros), que no afectan al organismo, por el contrario, según reveló el estudio, fueron benéficas.
Para realizar el experimento se utilizaron ratas de laboratorio con cáncer hepático inducido químicamente, a las que se sometió a una exposición controlada de campo electromagnético mediante un equipo diseñado y construido por el también investigador del Cinvestav, Miguel Ángel Rodríguez Segura.
Diariamente, casi un mes, los animales fueron expuestos a las ondas electromagnéticas por varios minutos. El proceso fue controlado por computadora, la cual se alimentó con información muy específica: amplitud del campo electromagnético, frecuencia, tipo de onda y tiempo de exposición.
Desafortunadamente en México este tipo de estudios aún está poco desarrollado, en cambio, en países como Alemania e Italia, ya se aplica de manera experimental en los individuos.
Aunque todavía hay mucho por experimentar, por ejemplo, saber si a nivel de tumor puede reducir el tamaño del mismo, otra aplicación potencial sería como tratamiento preventivo en grupos de riesgo, es decir, aquellos individuos predispuestos a padecer cáncer hepático. Actualmente, se desarrolla un modelo matemático que describa la interacción del campo electromagnético con uno de los carcinógenos utilizados para producir cáncer a nivel experimental, lo cual ayudará a comprender su mecanismo de acción.

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