sábado, 13 de agosto de 2011

ARTRITIS JUVENIL

La Artritis Idiopática Juvenil (AIJ) una enfermedad de niños y adolescentes

-En México se autorizó el uso de Humira (adalimumab) para el tratamiento de la AIJ

México, D.F, 12 de agosto de 2011.- Existe un mito de que los niños no presentan artritis y no es así, puesto que de las enfermedades reumáticas, la Artritis Idiopática Juvenil (AIJ) es la más frecuente en la infancia, ya que puede aparecer desde los 6 meses de edad hasta los 16 años”, comenta la Dra. Nadina Rubio, Fundadora de la ANER (Auxilio a Niños con Enfermedades Reumáticas), de Monterrey, Nuevo León.

La AIJ se caracteriza por dolor e inflamación de las articulaciones (las de gran rango de movimiento, como manos, codos, rodillas, muñecas entre otras). Se presenta en uno de cada mil niños por debajo de los 16 años, y es controlable con pronóstico positivo cuando se diagnostica y trata a tiempo. Incluso la buena noticia es que las terapias biológicas han dado muy buenos resultados, y entre ellas Humira (adalimumab) acaba de ser autorizado en México para su uso en AIJ.

 “Anteriormente se le denominada Artritis Reumatoide Juvenil, sin embargo con el tiempo nos dimos cuenta que es diferente a la del adulto, porque precisamente ésta se asocia al factor reumatoide, mientras que en la de los niños y adolescentes no”, agrega la Dra. Rubio.
 
De acuerdo con la especialista, la AIJ es una enfermedad de causa desconocida: “Aunque sabemos que hay una susceptibilidad genética, esto es, los antecedentes familiares tienen un peso. Una por genes complejos, es decir, si tenemos a una persona genéticamente susceptible y le agregamos factores ambientales como infecciones virales o bacterianas, ocurrirá un desbalance en el sistema inmunológico, por eso se llaman padecimientos autoinmunes”.

Agregó que dentro de la AIJ existen varios subtipos y por ello el diagnóstico correcto es muy importante, ya que de ahí se determina el tratamiento a indicar. “Un niño con AIJ que no es tratado de manera adecuada va a tener afecciones directas en el crecimiento y desarrollo. Si entendemos que hay articulaciones inflamadas, el movimiento se verá muy limitado o será nulo, ya que no querrá moverlas por el dolor que esto le genera. Puede ser que no mueva la rodilla, por lo que comenzará a cojear dando como consecuencia una atrofia muscular, contracturas y con ello vendrán más secuelas y complicaciones”, comenta la Dra. Rubio. 

“De igual manera, durante el desarrollo del niño es probable que se presenten complicaciones a nivel de las articulaciones temporomandibulares, lo que le puede ocasionar dificultades para llevar a cabo una masticación normal. Cabe señalar que esta situación no es igual en todos los pacientes, dependerá del subtipo la evolución de la AIJ, por ello reitero la importancia de un diagnóstico correcto”, señala la reumatóloga-pediatra. 

Una forma de verificar que su hijo puede o no presentar AIJ es ver todo su actuar en el día a día. Por ejemplo, observar su capacidad de movimiento físico, ya que las articulaciones se inflaman, están calientes y presentan dolor al moverlas. Esta inflamación crónica ocasiona anemia, pero en cuanto se controla desaparece. Es probable que comience a tener problemas para caminar, no quiera correr, amanezca entumido y despierte por las noches por un intenso dolor. De igual manera, no tendrá apetito y poco a poco será notoria la afectación en la calidad de vida.

“En algunos niños el síntoma inicial es fiebre, por lo que hay que tener cuidado de que el diagnóstico sea el correcto, ya que suele confundirse con un foco infeccioso. Pueden presentarse erupciones tipo rash que aparecen y desaparecen con la fiebre. Y, en cuanto al dolor, es necesario considerar que el menor no puede verbalizarlo muy bien, por lo que habrá que preguntarle  de la manera más sencilla, cómo es que lo describe, si le es molesto todo el tiempo, si sólo cuando lo mueve, que parte del cuerpo le duele, etc.”, enfatiza la Dra. Rubio. 

La especialista recomienda a los padres no subestimar el dolor músculo esquelético de los hijos pequeños y adolescentes, ya que por lo común se lo atribuyen al ejercicio, a un golpe o al crecimiento, cuando en realidad puede ser el inicio de una enfermedad reumática. Por ello la valoración debe realizarse por un reumatólogo pediatra.

Una vez hecho el diagnóstico correcto el especialista determinará el tratamiento a seguir, que dependerá del subtipo de AIJ que presente el paciente. “El tratamiento estándar es a base de metotrexato (MTX) y antiinflamatorios no esteroideos. Cuando el MTX no ofrece los resultados esperados, es que se propone el tratamiento con las terapias biológicas”, comenta la entrevistada. A este respecto, Humira (adalimumab), es la terapia biológica de reciente autorización en México para su uso en el tratamiento  y control de la Artritis Idiopática Juvenil (AIJ).

Cabe recalcar que esta enfermedad es controlable cuando se diagnostica y trata a tiempo, por ello se recomienda que los padres se involucren los más posible para que el paciente se sienta apoyado, ya que también afecta su estado emocional al igual que un adulto. “Lo primordial es que los padres comprendan la enfermedad, después ya abordaremos al menor. Si los padres entienden la enfermedad, podrán apoyar a su hijo en el proceso de la evolución de la misma y, lo más importante, si todos estamos bien informados, tendremos un buen apego al tratamiento, lo que nos ayudará a conseguir la remisión que es lo que al final deseamos tanto pacientes como médicos”, finalizó la especialista.

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